El exministro y precandidato a Presidente de Brasil por el nuevo partido 'Podemos', Sergio Moro, fue blanco del enojo al desembarcar en el Aeropuerto Internacional Castro Pinto, en Joao Pessoa, en Paraíba, al recibir los insultos de las personas que lo veían pasar.

Moro logró ganarse el odio de los dos lados de la grieta ya que fue el encargado de sacar de circulación a Lula, enviándolo a la cárcel por un delito inexistente, y al mismo tiempo se peleó con Jair Bolsonaro cuando se fue de su gobierno haciendo feroces críticas a la gestión.

Por eso los gritos son variados, desde el "traidor" de los bolsonaristas, hasta el "golpista" de los petistas.

El viaje de Moro por el nordeste es para buscar apoyo político de empresarios locales ya que en la región más pobre del país tiene menos intención de voto que en el resto del territorio. 

Según las últimas encuestas Lula, del PT, tiene 63% de intención de voto, mientras que el exjuez solo el 3%.