Sucede en Perú y las llaman 'violaciones correctivas'. Es una práctica machista no aislada que se basa en forzar sexualmente a aquellas mujeres homosexuales.

Expertos y activistas sostienen que son castigos 'correctivos' que causan daños físicos y psicológicos irreversibles en la víctima, y que en algunos casos se ejecutan de manera repetida si la joven no accede a "curarse".

El Informe anual sobre los derechos humanos de personas transexuales, lesbianas, gays y bisexuales en el Perú 2014-2015, de la Red Peruana TLGB recoge los testimonios de diferentes mujeres, víctimas de esta realidad.

Las secuelas psicológicas de estos abusos llevan a muchas mujeres al suicidio, cuenta Ruth Moreno, activista del Movimiento Homosexual de Lima. "Normalmente los agresores suelen ser los tíos, los primos o algún amigo cercano de la víctima", prosigue, y asegura que aunque a través de los talleres de apoyo a colectivos LGTBI se conocen casos como estos, "nadie llega a denunciar".

"En radio Yaraví, dos conductores de un programa narraron cómo una persona conocida había contratado a un hombre para violar a su hija lesbiana. Ella tuvo un hijo y, según ellos, logró curarse. Entre burlas y risas, comentaron sobre este delito que ha quedado impune", cuenta una joven lesbiana de Arequipa en otro de los testimonios recogidos.

"Los hombres consideran que el acto penetrativo es un acto de corrección, lo hacen porque creen que ellas son lesbianas porque no conocen nada más", explicó Brenda Álvarez, asesora legal del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos y especialista en temas de feminismo.

Según los colectivos de defensa de los derechos LGTBI peruanos, estos actos de violencia extrema son la culminación de repetidas amenazas a las que las mujeres lesbianas se ven sometidas. En la calle se enfrentan de manera constante a comentarios homófobos y humillantes. Críticas que conforman un recuerdo público y constante de su condición sexual y que casi siempre van acompañadas de una oferta: "Probar a un buen varón".

Aquí, la discriminación está en todos lados, explica Moreno. En las familias "es común que las encierren en sus habitaciones, que les roben el celular y les corten la ropa ancha para obligarlas a llevar vestimenta femenina". Incluso "las obligan a tener novio o a ponerse falda aunque a ellas no les guste", añade Brenda Álvarez.