"Mi novio es judío, criado en una familia ortodoxa. Yo soy mitad Libanesa. La semana pasada estábamos de vacaciones y, como sugerencia de un amigo nuestro que es periodista, decidimos subir esta foto juntos para mostrar nuestro apoyo a la iniciativa llamada ¨Judíos y Árabes se niegan a ser enemigos¨. Escribí esas palabras, besé a mi novio, y publiqué la foto en Facebook y twitter", así explica la situación Sulome Anderson, esta joven árabe- americana que decidió contar su historia al mundo.

En la foto viralizada puede leerse "Él me llama neshama, yo le digo habibi. El amor no habla el lenguaje de la ocupación".  Así, en un artículo, Anderson relata lo difícil que es estar en su pareja cuando actualmente se desarrolla el conflicto entre Israel y Palestina.

"Jeremy, mi novio, que prefiere que no diga su apellido, proviene de una familia que apoya al gobierno y estado israelí. Él vivió durante un tiempo en Israel y tiene la doble ciudadanía. Mi madre es Libanesa, y yo como periodista resido en parte en Beirut. He trabajado en campos de refugiados de Palestina cerca del Líbano, y he visto la situación desesperante en los rostros de palestinos", escribió Anderson.

Durante estos días "la creciente tensión entre Israel y Hamas ha sido un tema de frecuente discusión entre Jeremy y yo", explicó la joven y aseguró "no entender porqué su novio pone más énfasis en las vidas israelitas que en las palestinas. Hasta que entendió que él fue testigo de un atentado con un colectivo bomba y vivió la violencia desde el otro lado".

La joven pareja se mantiene unida ya que ambos aprecian "el respeto y el derecho de la vida humana". aún cuando hallan recibido críticas por su foto por "trivializar lo que ocurre en Gaza". Si bien no logran un consenso en todos los aspectos ambos decidieron formar parte del grupo "Judíos y Árabes se niegan a ser enemigos", una campaña iniciada por Abraham Gutman, un estudiante israelí que reside en Nueva York.

Tal vez la clave de todo se halle en el diálogo y en poder comprender que lo que más importa es la vida de cientos de civiles y niños que mueren en una guerra que parece no tener un fin cercano.