Los 538 miembros del  Colegio Electoral de Estados Unidos viven una jornada de tensiones cruzadas reunidos  en sus capitolios estaduales y en el distrito de Columbia para terminar con el proceso que debería llevar a Donald Trump a la Presidencia el próximo 20 de enero.

Si bien la costumbre hace que los electores respeten el voto mayoritario de los ciudadanos del estado que representan, esta vez el clima se encuentra enrarecido después de que varios miembros aseguraran que no querían votar por el republicano. 

Cada elector debe votar dos veces, una por presidente y otra por vicepresidente y los votos son enviados por correo a Washington donde el próximo 6 de enero se hará el escrutinio oficial para así, el 20 de enero, iniciar el nuevo período presidencial. 

Además de la peculiar candidatura del magnate inmobiliario que tiene acusaciones de abusos, racismo, misoginia- a lo que se suma la investigación por el apoyo del Kremlin en la campaña- son varios miembros del Colegio los que mostraron sus dudas sobre la capacidad de Trump para liderar el Ejecutivo de ese país; aunque oficialmente solo un miembro anunció que no votará por Trump a pesar de la decisión del Estado que representa. 

El sistema de votación en Estados Unidos volvió a ser el foco del debate sobre lo justo del mismo ya que si bien Trump ganó el pasado 8 de noviembre obteniendo 306 votos electorales, superando el mínimo de los 270 necesarios para llegar a la Casa Blanca. Hillary Clinton, que obtuvo 232 votos electorales en los comicios, recibió 2,6 millones de votos más que el republicano entre los ciudadanos que se acercaron a votar.