El principio de “Una China” es “un asunto fundamental” para Pekín y así se lo hizo saber al republicano Donald Trump después de algunos comentarios que generaron alarma.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Geng Shuang planteó que el reconocimiento de la República como una es la base sine qua non para mantener relaciones con otros países ya que si se viera “perjudicado o puesto en peligro, no habría posibilidad de un crecimiento sólido y continuado de las relaciones China-EE UU, ni de cooperación bilateral en áreas importantes”.

La aceptación de la política de “Una China” por parte de Estados Unidos fue clave para el restablecimiento de relaciones entre Washington y Pekín en 1972; relaciones que se normalizaron en 1978.

Fue un 1979 cuando Estados Unidos rompió su relación diplomática con Taiwán aunque mantienen relaciones informales que Trump parece querer ampliar.

“No veo por qué tenemos que estar vinculados al principio de una China a menos que lleguemos a un acuerdo con China en el que entren otras cosas, incluido el comercio”, planteó Trump en una entrevista con Fox News.

La importancia de China en el discurso del republicano fue una constante e incluso existen vídeos virales que replican esa obsesión del político por hablar de los beneficios de mantener una relación con el gigante asiático. 

Cuando resultó electo, Trump mantuvo una conversación telefónica con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y generó nerviosismo en China que en ese momento decidió dejar pasar el hecho como parte de la "inexperiencia" diplomática de Trump.