Históricamente el estado de Arizona se inclinó hacia los republicanos en cada elección presidencial, sin embargo esta vez parece que - no tanto por mérito de Hillary Clinton- sino por el racismo de Trump, la balanza podría beneficiar a los demócratas. 

Salvo en la particular elección de Bill Clinton en 1996, este estado fronterizo con México y de creciente inmigración latina votó siempre por el candidato republicano a la Casa Blanca en 15 de las 16 elecciones celebradas en los últimos 64 años. 

Aunque las votaciones anticipadas no marcan la última cifra, la diferencia entre Trump y Clinton varía semana a semana. En el caso de Arizona, el republicano está hoy 0,6 puntos por detrás de su rival demócrata.

Una victoria de Clinton en Arizona sería más que histórica ya que marcaría la casi imposibilidad de que Trump llegue a la Casa Blanca al perder el apoyo de estados clave.

No es novedad que incluso el propio partido del magnate también le dio, en gran parte, la espalda y que hay fuertes presiones- como las de Hollywood- que funcionan como apoyo para la demócrata. 

Gran parte del esfuerzo para frenar a Trump en Arizona es obra de organizaciones de activistas latinos que se oponen a su plan de construir un muro en toda la frontera con México viendo a Clinton como "un mal menor". 

Clinton además destinó más fondos a ese estado para la campaña y hará mañana un acto en la ciudad de Tempe en la que será su segunda visita a Arizona en el año junto a su compañero de fórmula, el senador Tim Kaine. Además la candidata estará el jueves en las ciudades de Tucson y Phoenix, en ésta última para un acto en el que hablará enteramente en español.