El presidente ultraconservador de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que revisará el beneficio que se le otorga a las víctimas de la dictadura militar que sufrió Brasil entre 1964 y 1985.

Según se especula, una de las personas que podría dejar de recibirlo es la expresidenta Dilma Rousseff, presa política durante tres años en esa oscura etapa del Brasil. En ese lapso fue torturada durante 23 días consecutivos. El día en que el Parlamento del país aprobó al impeachment contra Dilma, el entonces legislador Bolsonaro dedicó su voto positivo al militar que la había torturado.

"Siguiendo la determinación de transparencia y responsabilidad con los recursos públicos, prioridad de nuestro gobierno (...) se realizará una auditoria de los beneficios sospechosos (sic) concedidos a ´víctimas de la dictadura´por la Comisión de Amnistía", escribió el mandatario en Twitter, encomillando con marcada intención el concepto de víctimas de la dictadura.