Ivan Watson, enviado especial por la cadena de noticias estadounidense para reportar desde Estambul, fue testigo en primera persona de la hostilidad de la policía de la capital turca después de que se le acercada un oficial a pedirle su pasaporte en medio de una emisión.


Horas más tarde, Watson denunció en Twitter que uno de los uniformados le pegó un rodillazo y que tanto su equipo como él fueron detenidos por media hora porque los oficiales no tomaron como válidos sus pasaportes y pases de prensa.

Durante es misma marcha, la policía detuvo a 32 personas más y reprimió a los cientos de manifestantes con gases lacrimógenos.