El papa Francisco ofició hoy una multitudinaria misa en Uganda, en la que rindió homenaje a los 45 mártires de asesinados entre 1885 y 1887 en ese país africano por defender su fe cristiana, y pidió abrazar su ejemplo para "construir una sociedad más justa, sin excluir a nadie".

La ceremonia se celebró en el santuario católico de los mártires de Namugongo, cerca de Kampala, ante decenas de miles de personas que esperaron durante horas para escuchar al pontífice, quien recordó el sacrificio de los mártires: 23 anglicanos y 22 católicos.

El sacrificio de estos santos revela, a su juicio, la necesidad de "acercarse a los necesitados, a cooperar con los otros por el bien común y a construir, sin excluir a nadie, una sociedad más justa".

La misa sirvió para conmemorar el 50° aniversario de la canonización de estos mártires, que el pontífice calificó como "verdaderos héroes nacionales".

Durante el oficio, Francisco llamó a difundir la fe en "los confines del mundo", y a "abrir los ojos a las necesidades que se encuentran en las casas y comunidades locales".

Unos 10 mil agentes forman parte de la seguridad de la comitiva papal durante su estancia en Uganda, que finalizará mañana, cuando pondrá rumbo a la República Centroafricana.

Al igual que Kenia, Uganda se encuentra amenazada por el grupo yihadista Al Shabab debido a la presencia de tropas ugandesas en Somalia, por lo que el gran despliegue de seguridad establecido en Nairobi se mantendrá en esta segunda etapa del viaje.