El atentado contra Charlie Hebdo dejó ver un problema grave que se viene gestando en varios países europeos, y que el ataque terrorista sirvió como gran excusa para "legitimarlo socialmente": la xenofobia.

El grupo de derecha islamófobo alemán llamado, Pegida, llegó a juntar 20 mil personas en las ciudades alemanas de Munich, Hamburgo y Berlín, entre otras.

Y no es la primera vez. Ya la semana pasada se había realizado otra movilización que contó con una similar concurrencia y que preocupa, no sólo a gran parte de la sociedad alemana, sino de Europa y del mundo.

Este grupo de ultraderecha y nacionalista volvió a criticar al gobierno para pedir políticas más duras contra la inmigración y los refugiados de otros países.

Pero no todo es malo. Las marchas contrarias a esta ideología superaron notablemente y opacaron el pedido de estos conservadores extremistas.

La contramanifestación en Leipzig reunió a unas 30.000 personas, mientras que 20.000 se concentraron en Munich bajo el lema "Munich es multicolor". En Hannover marcharon 11.000, 4000 en Berlín, 9000 en Saarbruecken y varios miles más en Dresde, Hamburgo o Düsseldorf.

En las contramanifestaciones se vieron carteles con lemas como "Libertad y tolerancia", "Contra cualquier forma de racismo, antisemitismo y violencia", "Dejen a nuestros musulmanes en paz" o "Somos Charlie, no somos Pegida".

Ángela Merkel dio un importante mensaje, en vista del crecimiento de estos grupos islamofóbicos, cuando dijo que "el islam forma parte de Alemania".

"Soy la canciller de todos los alemanes. Eso incluye a todos los que viven aquí de forma estable, sin importar su origen o su procedencia", dijo la funcionaria, en un país donde viven cerca de cuatro millones de musulmanes.