El surgimiento de movimientos populares como Podemos en España y Syriza en Grecia rompió el esquema político europeo y la derecha está amenazada. Desde el lado más conservador, el diario especializado en economía Les Echos de Francia, los define como parte del alza de “los populismos”.

Bajo ese análisis resulta inevitable hacer un paralelismo con la región latinoamericana y los medios corporativistas. Más precisamente puntualizar en lo que sucede en la Argentina respecto a las políticas sociales, la distribución de las riquezas y el crecimiento del rol del Estado.

En esa puja de intereses se encuentra Grecia en donde el líder de Syriza, Alexis Tsipras, toma protagonismo y es una opción fuerte a la derecha conservadora en la que está sumergida Europa desde antes de la crisis.

Con soluciones relativamente similares a las que tomó el gobierno Kirchnerista para poder enfrentar el vaciamiento neoliberal del país en el 2003, el candidato por la izquierda Tsipras recalcó que un Gobierno de Grecia dirigido por su partido negociará con sus socios europeos "sobre una base realista" y exigirá "una quita de la mayor parte de la deuda, porque la deuda objetivamente no puede ser pagada".

Tsipras aseguró que una vez ganadas las elecciones, Syriza aplicará inmediatamente y "pase lo que pase con la negociación (con la troika de acreedores)" el llamado Programa de Salónica, un compendio de medidas de ayuda inmediata a los más pobres, un programa que, dijo, no crea nuevos déficit, sino condiciones para el crecimiento.

Para relanzar la economía, añadió, será necesario un programa de inversiones públicas a nivel europeo. Entre las propuestas de Tsipras figura también “la renacionalización de servicios privatizados como el agua, la electricidad o el transporte y la nacionalización de algunos bancos. "Los necesitamos para inyectar liquidez a la economía real", afirmó.