Rebecca Gallagher, de 25 años compró - como lo hacía usualmente- un vestido en la cadena Primark. Lo que nunca imaginó era que el vestido contenía un mensaje pidiendo ayuda.

El mensaje, bordado en hilo negro en una etiqueta en el interior del vestido, dice "Forzada/o a trabajar horas agotadoras". Una frase con un grado de contundencia que genera escalofríos.

"Una escucha muchas historias sobre personas trabajando en talleres ilegales en el extranjero, y esto me hizo sentir tan culpable que jamás voy a usar ese vestido", así señaló Gallagher al diario The South Wales Evening Post.

Gallagher intentó comunicarse con Primark pero después de esperar durante quince minutos que la atendiera un responsable de la cadena directamente "le cortaron la llamada". Además la joven reflexionó que "tal vez su top del verano también este hecho por una persona que este exhausta trabajando en un taller clandestino".

Desde Primark lanzaron un comunicado solicitando que Gallagher les "haga llegar el vestido, así pueden investigar como apareció la etiqueta adicional en el interior de la prenda, ya que debe ser resuelto".

Primark señaló que tiene un "código de ética" respecto a sus productos y que "los principales proveedores de la marca y sus fábricas deben ofrecer prendas que sean confeccionadas en condiciones de trabajo aceptables; y que sus empleados reciban un sueldo acorde y sean tratados de manera decente".

La empresa tiene un antecendente que la vincula con trabajo esclavo cuando en el año 2013 murieron más de mil personas en Bangladesh durante un incendio en el Rana Plaza  que trabajaban en un taller ilegal haciendo cortes de ropa para Primark y otras marcas occidentales.  Claramente hay más preguntas que respuestas.