Silverio interpela desde la primera vez que aparece frente a las retinas aletargadas del público común, ni siquiera divisible en materia de géneros, acostumbrado a disfrutar de ciertos estándares sonoros. La propuesta de Su Majestad Imperial rompe con ese relación pre establecida y le da capacidad de respuesta a sus espectadores, intercambiando escupitajos, insultos, gritos, torpes movimientos e intervenciones policiales.

Este cronista puede dar crédito a la historia que rememora en la entrevista del programa azteca 'Caldo de Cultivo', ya que fue testigo de los hechos en un local bailable del barrio de San Telmo, en 2017. Es un poco redundante aclarar que el código de Silverio no incluye ni sometimientos ni abusos -al menos en el escenario- ni el ejercicio de la violencia como tal: es una comunicación, poco convencional estamos de acuerdo, pero resulta evidente que no son pocas aquellas personas que conectan bajo esta modalidad.

Su cruda música electrónica hace delirar a sus seguidores en shows de larga duración, donde claramente disfrutan el protagonismo que cede la figura a las manifestaciones de sus fans. Un pesonaje no apto para analizar en el terreno de la literalidad y que refleja ese lado salvaje del ser humano, ese costado que avergüenza a la luz del día.

Silverio se presenta este sábado en Palermo Club, Jorge Luis Borges 2454.

La entrevista completa, sin desperdicio

Caldo de cultivo: Silverio, su majestad imperial