El defensor de policías y militares Alfredo Casero quiso ser gracioso y termina siendo patético: puso un manto de sospecha sobre las Abuelas de Plaza de Mayo y sobre Estela de Carlotto y ahora viene a "arrepentirse..."

Sin una pisca de humor (bajo el cual podría excusarse para decir caso cualquier cosa) y con mucho de posición política y moral, el (ex)cómico vino a sospechar de las Abuelas y a ponerse del lado de los opresores, de los genocidas.

Horas después y luego de que sus tristes palabras cobraran notoriedad e incluso que las ratificara por otros medios, comenzó a pagar consecuencias del dislate: le llegaron cancelación de su show en teatros del interior del país.

Primero fue Salta, luego Tucumán (con repudios incluidos) y prometen seguir las cancelaciones, de modo que el hombre decidió que era hora de arrepentirse, no sea cosa que los ingresos dejen de fluir...

"Estoy arrepentido de no haber sido lo suficientemente cauto. Estoy apesadumbrado y pido perdón", sostuvo por radio Mitre. La próxima vez será "cauto"; es decir, como advierte del diccionario, tendrá más astucia o maña para engañar...