El humorista devenido candidato y funcionario macrista no parece haber tenido una muy buena experiencia en la actividad política y su paso por el macrismo. “La política es destructiva”, dijo Miguel Del Sel.

Tan “destructiva” que, en efecto, prácticamente anunció su retiro de la actividad: este viernes dejará la Embajada argentina en Panamá para sumarse a los ensayos de Midachi, donde parece sentirse más cómodo o, más bien, donde tienen cabida sus humoradas (de gusto dudoso).

"La política es una etapa que entra en suspenso y quizás se haya terminado", aseguró en entrevista por radio 2 de Rosario, añadiendo que “se viene una etapa de estar más tranquilo, de volver a la actuación, de estar junto a mis hijas”.

Como se sabe, tras la decepción que le causó el no haber sido elegido gobernador de Santa Fe a pesar de ganar las Primarias, Mauricio Macri lo designó como embajador en Panamá, pero la “extraordinaria” experiencia que vivió como embajador no le hizo olvidar las miserias vividas, sobre todo por "la intención que tienen muchos de despedazar al otro", explicó.

Las tablas, por cierto, son su territorio. Y ni las diferencias políticas que tiene con su amigo Dady Brieva lo hacen desistir de preferir Midachi al macrismo.

Y de hecho le reconoció a su amigo, de pública fe kirchnerista: "Yo estoy convencido de lo que quiero y él pensará que lo otro es mejor, aunque creo que Dady no es tonto y ha sabido ver la realidad".