Me topé con los dibujos de Julián Landini casi de casualidad. Mientras buscaba algo lindo para el suplemento y, cuando vi el trazo y los colores, lo quise. Después me di cuenta de que era argentino así que lo busqué en Facebook y conseguí una pequeña entrevista. Y digo pequeña porque, aunque la mano de estas imágenes sea su Dios, lo que nos trae aquí no es él sino su arte.

Julián empezó a dibujar desde que tiene memoria, donde había lápiz y papel y estaba él, había algún garabato que, con los años, fue tomando el color y el sabor necesarios como para que esta nota exista.

Aunque él no se dedica exclusivamente a lo que su mano puede hacer, Internet le sirvió para publicitar su trabajo. “Me gustaría dedicarme a esto únicamente, pero no es tan fácil. De todas maneras uno mete algo cada tanto. Tuve la suerte de encontrarme con una buena aceptación de mis trabajos vía internet. Creo que hoy en día la web es una herramienta fundamental para los artistas”, sostiene.

“Me gusta la idea  de que el arte pueda inmortalizar, que pueda detener ese momento que te gustó o que consideraste que tiene la importancia necesaria para ser mostrado, dibujado, esculpido, fotografiado, tocado, etc. y hacerlo perdurar. Me gusta mucho el cuerpo humano, me gusta comprarme libros sobre anatomía y hojearlos un buen rato y dibujar en base a ellos", detalla.

Y se le nota., Porque el cuerpito humano lo tiene bastante claro. A la hora de dibujar Julián pinta a sus amigas o a conocidas a través de una sesión de fotos y luego boceta y arregla con lapicera o coloritos en el amado Photoshop.

Y luego de esta pequeña presentación, los protagonistas: