La notificación lleva la firma de Juan José Aranguren y habla de la terminación del "Acuerdo para la Transición a precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina", que tiene fecha del viernes pasado y con la aceptación del Gobierno Nacional. 

Ese convenio se concretó a principios de este año por el acuerdo de las empresas refinadoras de combustibles y el acompañamiento del Gobierno, que contemplaba la revisión  trimestral de precios en base a la evolución de la cotización del crudo, el precio de los biocombustibles y el tipo de cambio. También implicaba la vigencia de un "precio sostén" para la producción petrolera local. 

El acuerdo decía que si el precio internacional aumentaba y éste se mantenía por 10 días, el acuerdo se caía; y eso sucedió el pasado 13 de septiembre, lo que dejó la puerta abierta para que el precio que controlaba el Estado, ahora lo controlen YPF, Shell, Axion y Pampa Energía, entre otras.

De esta forma, las petroleras serán las que decidan el siguiente incremento de las naftas. Como los precios internacionales son más altos que los locales se teme que en el arranque de este nuevo sistema haya una suba. 

Los precios de los combustibles locales se regían por un acuerdo entre la industria y las provincias con supervisión del Gobierno nacional. De esta manera, el sector pactaba importes con revisiones en base a la variación del peso frente al dólar y el precio del barril “criollo”, que es el petróleo de producción nacional.