Horas atrás, Bloomberg ubicó a la Argentina segunda en el ránking de países más miserables del mundo. Poco más tarde, el riesgo país trepó a los 854 puntos, el más alto desde que Cambiemos es gobierno, y el mismo día las acciones de las empresas argentinas se desplomaron en Nueva York.

Todo después de que Mauricio Macri hablara al país –por interpósita persona– y sus ministros hicieran las aclaraciones pertinentes sobre las medidas adoptadas para resolver lo que, según el propio Presidente, es fácil de solucionar: la inflación.

Parece cosa de Mandinga… Peeeeero…

Parece ser que los mercados nacionales e internacionales, aquellos que lo catapultaron a la presidencia, le han perdido la confianza. Y no es para menos: prometió déficit cero pero sigue batiendo récords de endeudamiento y los dólares que ‘llueven’ se evaporan en la especulación tan pronto como tocan piso argentino.

Así, los tenedores internacionales de títulos eligen malvenderlos antes de tener en las manos solo papel pintado y acciones argentinas en la Bolsa de Nueva York son casi ‘regaladas’, como las de los bancos Supervielle (-9,3%), Francés (-9,1%) y Macro (-8,7%).