Para terminar la semana, el dólar oficial cerró a 19,85, subiendo en cinco días hábiles 0,58 centavos, lo que representa una fuerte depreciación del peso y la consecuente suba de precios, según estiman todos los analistas.

Sin embargo, a los principales funcionarios de Gobierno no les preocupa esta volatilidad del tipo de cambio, a pesar de que –como es histórico en la Argentina– cause la aceleración de una inflación que, a ojos vista, está fuera de control para el equipo económico oficial.

Fue el ministro de Producción Francisco Cabrera quien, desde Davos, dijo que no ve “con mayor preocupación” la fuerte apreciación de la moneda norteamericana en desmedro del peso argentino.

También reconoció que al cambiar las metas de inflación, que provocó la modificación de las tasas de corte del Banco Central, "sabíamos que esto de alguna manera iba a producir una apreciación" del dólar.

Por radio Mitre, Cabrera dijo que la suba del dólar era "parte de algo que estaba calculado", aunque reconoció que "genera volatilidad y cierto nerviosismo". No obstante, afirmó que "a veces la volatilidad es buena para que no haya ganancias financieras extraordinarias".