Las lluvias transformaron en una pileta al campo de juego del Monumental, y encima las calles aledañas al estadio quedaron anegadas por el temporal, lo que derivó en la inminente suspensión el Clásico de las Américas ante Brasil.

Confirmada la suspensión, los jugadores, por decisión de Gerardo Martino, prefirieron no quedarse quietos, y para no perder ritmo, se movieron livianamente en el Microestadio de básquet que tiene el club River Plate.

Los seleccionados argentinos ensayaron bajo las órdenes del profe Paolo Rosso, se animaron a algunos tiros al aro de básquet, y luego dieron rienda suelta al esférico, con un fútbol reducido pensando en la ‘verdeamarela’.