Es el manotazo de ahogado, el último intento antes de hundirse, el llamado del FMI cuando la economía se descalabra. Rosario Central decidió confiarle su fútbol a Bragarnik, el representante de jugadores y entrenadores que es capaz de reforzar él solo a un plantel famélico que se terminó de desnutrir con la salida de Vecchio y Ruben, su mejor jugador y su goleador.

Con Bragarnik llegó Carlos Tevez, un nombramiento que sacudió las carteleras y dio la vuelta al mundo. Pero Carlitos sorprendió con un cuerpo técnico fuera de lo esperado: lo acompañarán sus tres hermanos y el Chapa Retegui, histórico entrenador de Las Leonas y Los leones, los seleccionados nacionales de hockey sobre césped.

El excapitán xeneize asume el martes y acordó ser la cabeza de un plan de trabajo para que cual firmó un contrato por dos años, que arranca desde las divisiones inferiores.