En una época donde el boxeo era absolutamente diferente a lo que es hoy en día, Luis Ángel Firpo logró una hazaña que nunca será olvidada en el mundo pugilístico: hizo caer afuera del ring al mismísimo Jack Dempsey, campeón mundial y máxima figura del deporte por entonces.

A pesar de ya haber caído varias veces sobre la lona, una formidable derecha del peleador argentino Luis Ángel Firpo derribó al monarca de los pesados y sorpresivamente lo expulsó del ring, ante la mirada atónita de las 100.000 personas presentes en el estadio Polo Grounds de Nueva York.

El estadounidense cayó al lado del cronista Jack Lawrence y el operador de Western Union Perry Grogan quienes lo ayudaron a reingresar al cuadrilátero ante la permisividad del árbitro local Johnny Gallagher, quien no realizó la cuenta en forma reglamentaria e hizo seguir el pleito.

Según cuentan las crónicas de la época, Dempsey volvió a subir al cuadrilátero aproximadamente un minuto después (a pesar que las editadas imágenes digan lo contrario) y finalmente venció al argentino por nocaut. Con las reglas de hoy en día, cabe destacar que el púgil nacional hubiese ganado el combate.

Firpo, nacido en Junín el 11 de octubre de 1895, llegó a los Estados Unidos a los 28 años con una foja de 26 victorias -22 de ellas por nocaut- y sólo dos derrotas. Enfrente estaba el campeón indiscutido de la categoría, quien tenía en su haber 59 peleas ganadas (49 por KO), cuatro perdidas y ocho empates.

Era la primera vez que un boxeador argentino y latinoamericano peleaba por el título mundial. El combate fue dramático y salvaje, con ambos boxeadores intercambiando duros golpes. Luego del mismo, los medios gráficos y la prensa especializada la bautizó como "la pelea del siglo".

Luego de la pelea, el periodista Damon Runyon bautizó a Firpo como "el toro salvaje de las pampas", y en la Argentina el 14 de septiembre se instituyó como el día del boxeador.