Durante la última victoria de Golden State Warriors se dio una curiosa jugada. Kemba Walker, jugador de Charlotte Hornets, realizó un gesto de resignación total cuando vio que la pelota llegó a las manos de Stephen Curry, ubicado detrás de la línea de tres. En vez de salir a marcarlo y atorarlo, hizo esto:

When you're Kemba Walker and Steph Curry has all the time in the world to set his feet.