Boca no tiene paz. No se la quieren dar los que operan permanentemente para desestabilizar a la dupla Ameal-Riquelme y así facilitar el regreso del macrismo al club, y no se la dan los propios dirigentes que generan situaciones insólitas todos los días.

Ahora fue la salida de Mario Pergolini, quien abandona el barco después de haber sentido que estaba de más y que su presencia no era requerida.

En el descargo que realizó en su programa de Vórterix se entendió que el problema lo había tenido con Riquelme y el Consejo de Fútbol, aunque haya usado eufemismos.