La leyenda de correr descalzo la comenzó el etíope Abebe Bikila, quien ganó el maratón olímpico de Roma 1960 sin zapatillas, luego de que la organización no había encontrado unas de su talle.

El fondista africano optó por correr igual y por ello su victoria se recuerda como una de las más resonantes de la historia del atletismo.

Abdulah Al-Qwabani, adolescente yemení de 16 años, quiso emular a Bikila y salió a correr descalzo una de las series clasificatorias de los 5000 metros en el Mundial de atletismo que se desarrolla en China.

No le fue bien: tardó tres minutos más que el resto de los competidores para cubrir los cinco kilómetros y acabó último, pero su actitud se ganó el corazón del público y la atracción de los periodistas.

Por qué corre así

"Empecé a entrenarme hace un año, y me encanta correr descalzo, es una gran sensación la de tocar el suelo", explicó Al-Qwabani ante los periodistas chinos, usando el traductor del teléfono celular.

Y sorprendió aún más cuando le preguntaron por su máximo deseo en la vida. "Estudiar medicina para poder ayudar a otros", contestó Al-Qwabani, campeón nacional de 5000 metros, único representante de Yemen en el Mundial de Pekín.

Andando descalzo

Bikila no fue el único atleta en ganar carreras sin zapatillas: el inglés Bruce Tulloh se impuso en los Juegos Europeos de Belgrado en 1962, justamente en la prueba de los 5000 metros.

En los 80 y 90, la sudafricana Zola Budd y la keniana Tegla Loroupe ganaron algunas destacadas carreras sin calzado.

Esta práctica en el atletismo es frecuente en algunas pruebas a nivel aficionado, pero es rara en las grandes competiciones profesionales, pese al fenomenal éxito de Bikila en los años 60.