Los dirigidos por Carlos Bianchi disponían de un tiro libro al borde del área cuando iban casi tres minutos de los cuatro que en el segundo tiempo el árbitro Pablo Díaz recuperó.

Nicolás Colazo fue el encargado de ejecutarlo, pero el brazo de Matías Sosa, quien formaba parte de la barrera, desvió el zurdazo.

Sin embargo y a pesar de la queja de los jugadores visitantes, Díaz no cobró el claro penal que hubiera cambiado la historia del partido y de las aspiraciones de Boca.