Mauricio Macri, por su pasado como dirigente en el fútbol, dejó por un momento los subsidios para el sector vitivinícola en Mendoza para hablar del último 'Superclásico' disputado en Mar del Plata, donde hubo cinco expulsados y los dos equipos terminaron a los golpes y empujones en medio del campo de juego.

"No podemos volver a caer en el espectáculo bochornoso que tuvimos el sábado pasado", afirmó Macri, deseando que el próximo River-Boca de este sábado en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza sea sin violencia por parte de los jugadores.

"El fútbol tiene que ser un lugar de encuentro, donde uno gana y otro", agregó el presidente del país. Luego, le tiraron los colores y sacó a relucir su fanatismo. "Espero que en Mendoza sean tan buenos anfitriones como San Juan, donde a Boca siempre le va bien", manifestó, pidiendo por un triunfo del equipo de Arruabarrena.

Para dar por cerrado el tema, el ingeniero dejó una última reflexión: "Esperamos que San Juan se revalorice, bajemos la violencia".