Oscar Romero fue presentado en Boca el viernes como nuevo jugador y en redes sociales se viraliza la historia del dorsal número 11 que eligió el paraguayo.

Es que al 11 lo persigue una "maldición" que reveló un hilo la cuenta de Twitter @p_boullo. Sucedió en la década del 90, cuando en el fútbol argentino se dejaron de usar las casacas del 1 al 11 para los titulares y cada jugador pasó a tener un número fijo. Desde entonces, a los jugadores de Boca que utilizaron la once no les fue muy bien. Mirá.

Tweet de Pablo

Diego Latorre: Luego de su partida en 1992, regresó a mediados de 1996 como figura. En poco tiempo, se convirtió en un intocable y se ganó el cariño de la gente. Para el Apertura 1997, Gambeta tenía la 11 y un gran nivel futbolístico. Sin embargo, el '98 no transcurrió de la mejor manera y Latorre, luego de un problema entre Gustavo Barros Schelotto y el Bambino Veira, le puso el broche con la famosa frase "Boca es un cabaret". El hoy comentarista se fue a jugar a Racing y terminó siendo muy resistido por la gente del Xeneize debido al famoso festejo en el que se tapó la nariz de cara la hinchada del club de la Ribera.

Fernando Navas: Fue quien tomó la 11 cuando Carlos Bianchi se hizo cargo de Boca. Arrancó como titular, pero fue expulsado en la octava fecha del Apertura 1998 y nunca pudo volver a sacarle el puesto a quien lo reemplazo transitoriamente, el Pepe Basualdo. A partir de allí, Navas no volvió a tener continuidad y se marchó a Grecia a mediados del 2000.

Martín Andrizzi: Usó la 11 de Boca menos de 20 minutos en el Apertura 2000. Nunca logró asentarse en el Xeneize y estuvo a préstamo en varios lados. Se fue libre a comienzos de 2005.

José Pereda: Llegó a Boca a mediados de 1998. En enero de 2001 se adueñó de la 11 y un año después tuvo que volverse a Universitario de Perú porque no tenía lugar en el equipo de Carlos Bianchi. Pese a esto, se dio el lujo de jugar algunos minutos de la final de ida de la Copa Libertadores 2001, ante Cruz Azul.

Marcelo Delgado: En la segunda mitad de 2001, el Chelo decidió dejar la 16 -con la que había brillado hasta ese entonces- y pasar a la 11. Con ella erró un gol increíble en la final de la Copa Intercontinental ante Bayern Múnich y minuto después se fue expulsado por simular un penal. Boca terminó perdiendo aquel encuentro por 1-0 frente al equipo alemán.

Ariel Carreño: A comienzos 2002 tomó la 11 y duró hasta mitad de año, cuando se fue a préstamo a Nueva Chicago. En esos pocos meses dejó el recuerdo de un tanto en una goleada a River en Mar del Plata, seguido con un extraño festejo en el que abrazó al juez de línea.

Omar Pérez: Su caso parece una muestra exacta de la maldición de la 11. Estuvo tres años en Boca jugando con diferentes números hasta que en 2003 agarró el maldecido número. Luego de unos pocos de partidos, se fue a Banfield.

Carlos Tevez: Es tal vez el jugador que mejor supo llevar la 11 desde 1997 hasta la actualidad. Carlos Bianchi no lo anotó para jugar la primera fase de la Libertadores 2003 porque estaba con la Selección Argentina Sub-20 y cuando volvió tuvo que agarrar la 11, porque la 10 era de Ezequiel González y la 9 de Alfredo Moreno. Carlitos fue figura en las instancias finales de la Copa y se consagró campeón de América ante Santos, en el Morumbí. La segunda mitad de 2003 la jugó con la 9.

Roberto Colautti: Tomó la 11 que había dejado Carlos Tevez. La usó apenas seis meses y jugó muy poco. Se dio el gusto de marcar el primer gol del encuentro ante Arsenal que consagró a Boca campeón del Apertura 2003, en la cancha de Racing.

Fabián Vargas: Llegó al Xeneize a mediados de 2003 y en enero de 2004 agarró la 11. Se ganó la titularidad con Carlos Bianchi y la mantuvo con Miguel Brindisi. En 2005, con la llegada del Chino Benítez al banco de suplentes, se adueñó de la 10. Sin embargo, la llegada de Federico Insúa lo devolvió al número 11 y allí empezó a sentir el peso. Perdió mucho protagonismo y terminó emigrando a préstamo al Inter de Porto Alegre.

Luis Miguel Escalada: Usó la 11 cuando el tiempo que Vargas la dejó, pero jugó cuatro partidos antes de pasar a préstamo al Emelec de Ecuador.

Bruno Marioni: Llegó a Boca en los primeros días de 2007 y se puso la 11. Apenas pudo marcar un par de goles en la fase de grupos de la Copa Libertadores y disputar algunos encuentros en el Clausura. Se fue al Atlas de México a mitad de año.

Leandro Gracián: Arribó al Xeneize a mediados de 2007, para intentar reemplazar a Riquelme, que había vuelto al Villarreal. Con la 11 en la espalda, ilusionó en los primeros partidos, pero de a poco se fue apagando y terminó por perder todo el protagonismo con la vuelta de Román en 2008. Estuvo hasta la mitad del 2009, aunque sumando muy pocos minutos.

Federico Insúa: Luego de una primera etapa brillante, el Pocho regresó al club de la Ribera a mediados de 2009 y tuvo que agarrar la 11 porque la 10, número que había usado en su primera etapa, era de Riquelme. Estuvo lejos del nivel que había mostrado en 2005 y 2006, y se fue un año más tarde sin pena ni gloria.

Walter Erviti: Llegó de la mano de Julio César Falcioni a principios de 2011 y agarró la 11. Fue una pieza clave del equipo campeón del Torneo Apertura 2011 y del subcampeón de la Copa Libertadores 2012. El mediocampista sostuvo su nivel con la llegada de Carlos Bianchi en 2013 y su vínculo con la gente era cada vez más fuerte. Sin embargo, las cosas no terminaron de la mejor manera. A mitad de año decidió, de manera abrupta, irse a México argumentando que "no quería correr tanto".

Juan Manuel Sánchez Miño: Ilusionó con su aparición durante el ciclo de Julio César Falcioni. Agarró la 11 que Erviti había dejado vacante y su nivel fue cayendo poco a poco, pese a que en la mayoría de los partidos era titular. Su venta al Torino de Italia a mediados de 2014 pasó casi desapercibida.

Federico Carrizo: Se hizo dueño de la 11 apenas llegó, a mitad de 2014. Con Rodolfo Arruabarrena, fue titular todo el segundo semestre, pero nunca pudo mostrar el nivel que había tenido en Rosario Central. Así, en 2015 comenzó a perder lugar y terminó yéndose a préstamo al Cruz Azul de México. Regresó en 2016 y volvió a agarrar la 11. Guillermo Barros Schelotto también le dio oportunidades, pero, más allá de un gol al Bolivar en La Paz que mantuvo con chances a Boca en la fase de grupos de la Copa Libertadores y un penal decisivo en la tanda de cuartos de final ante Nacional, Pachi no pudo destacarse. En 2017 se marchó nuevamente a Rosario Central.

Cristian Espinoza: Llegó a préstamo desde el Villarreal, a mediados de 2017, y se hizo cargo de la 11. El joven extremo era una de las grandes promesas argentinas y arribaba con el objetivo de reemplazar a Cristian Pavón, en caso de que este fuera transferido. Sin embargo, no logró aprovechar las oportunidades que tuvo el primer tiempo y en 2018 sumó minutos con el equipo alternativo que jugaba el torneo local mientras los titulares disputaban la Copa Libertadores. A final de año se marchó a Estados Unidos.

Eduardo Salvio: tomó la 11 cuando llegó a Boca, a mitad de 2019. Tuvo un arranque bueno, pero una lesión lo dejó afuera de la cancha durante varias semanas y su vuelta no fue la esperada. Con la llegada de Miguel Ángel Russo en 2020, Toto recuperó el nivel y fue clave en el equipo que se consagró campeón de la Superliga 2019/2020. Luego del parate por la pandemia de Covid-19, mantuvo su volumen de juego, aunque para finales de año se pinchó. En febrero de 2021 sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda y regresó a finales de año, aunque sin descollar. En 2022, Salvio utilizará la 10.