En momentos álgidos como este siempre hubo dos tendencias contrapuestas: por un lado los que sostienen que después de una derrota que caló hondo hay que darle la posibilidad de revancha a los jugadores que defeccionaron para que saquen la casta de campeones que les faltó. Por otro lado están aquellos que ese tipo de caídas ameritan que otros ocupen el lugar de los que fallaron en la instancia decisiva.

En el programa del Pollo Vignolo dos con pasado boquense -Juan Simón y el Cai Aimar- sostuvieron cada uno de estas posiciones.