No es la primera vez que Ilkay Gundogan lo hace. Ya en el Mundial de Qatar tras la derrota de su selección, Alemania, ante Japón 2 a 1, el mediocampista liquidó a sus compañeros: “Sentí que no querían la pelota”, dijo en noviembre del año pasado. 

Y este sábado volvió a hacerlo pero en Barcelona, tras la caída 2 a 1 ante Real Madrid como locales, luego de estar en ventaja por un gol suyo. Dos tantos de Bellingham, el último al minuto 91 de juego, le dieron un triunfazo y la punta del torneo al Merengue en el estadio cataán. 

En diálogo con la prensa, Gundogan sorprendió con su declaración: “Quiero ser honesto, pero sin pasarme. No quiero decir algo erróneo, siendo sincero, pero estaba en el vestuario y obviamente la gente está disgustada, pero después de un partido tan importante y un resultado así de injusto me gustaría ver más frustración, enfado y decepción. Y esto es parte del problema”. 

El mediocampista de 33 años, referente de un plantel muy joven, siguió: “Tienen que aflorar más emociones cuando pierdes, cuando sabes que puedes jugar mejor y hacerlo mejor en ciertas situaciones, y no reaccionas. Esto luego se traslada al campo. Tenemos que dar un paso muy grande en ese aspecto porque si no el Real Madrid e incluso el Girona se van a escapar”. 

Y se puso en el centro de la escena: “No vine aquí para perder este tipo de partidos o permitir que se abran estas brechas. Yo también tengo responsabilidad como jugador veterano para no permitir que el equipo deje que pasen estas cosas. Necesitamos resistencia”. 

Algunos medios hablan de sinceridad… En fin. al