"No habrá ninguna igual, todas murieron, en el momento que dijiste adiós", tango Ninguna, de Homero Manzi.


Ya está. Emanuel Ginóbili no jugará más en la selección y fue -es-, imposible no emocionarse al escucharlo en su despedida, verlo llevarse la pelota o al volver a mirar el cruce televisivo que tuvo con su hermano, luego de la derrota ante Estados Unidos.  

Tampoco estará Andrés Nocioni, el corazón de un equipo que no supo de imposibles. Imposible no emocionarse al escucharlo anunciar su retiro post eliminación ante el Dream Team, al volver a ver el homenaje que le hizo todo el basquet nacional en los amistosos disputados en Tecnópolis previo a estos Juegos. 

Fueron 18 años de Manu y 17 del Chapu. Desde el Preolímpico de Neuquén de 2001 hasta esta cita en Río, son 15 los años en los que mantuvieron junto a la Generación Dorada a Argentina en el podio Mundial. 


A saber, para tomar dimensión de que no había quién pudiera pelearle el cetro espacial a Estados Unidos -o si lo había y Yugoslavia era uno de esos países-, y menos aún cuando se enojaron y llevaron a un equipazo a Barcelona '92.

Y estos pibes vencieron a USA en casa en el Mundial de Indianópolis, pero acabaron segundos al perder la final contra Serbia y Montenegro ¡Pero! ¿Cómo al cronista se le ocurre utilizar la palabra "pero" como si con ella denostara de raíz ya no un segundo puesto sino un podio en una Copa del Mundo para nuestro básquet?

A los dos años en Atenas, tras eliminar a Grecia -¡local y favorito, después de estar abajo por casi 20 puntos!-, y otro histórico triunfo sobre el Dream Team en semifinales, Argentina alcanzó el olimpo con su oro. 

Generación Dorada ¿y ahora qué?

Pero había más: dos años después fue cuarto en el Mundial de Japón -recuerde la pelota de Nocioni ante España, eso fue en semis pero vivido como una final anticipada-. En la otra eliminatoria Grecia despachó a Estados Unidos (esta Generación Dorada le demostró al mundo que ya no era una utopía ganarles) y el campeón fue España. USA nos aplastó en el duelo por el bronce. 

En Beijing 2008 hubo sí medalla, en un histórico e inolvidable partidazo ante Lituania sin Ginóbili -lesionado en un tobillo en el partido de semis-, que nos colocó otra vez entre los tres mejores, detrás de España, y Estados Unidos. 

Siga sumando con el cronista: en la Copa del Mundo de Turquía 2010 hubo quinto puesto, en desempate contra España, otra vez vivido como un bronce. Porque ya Yugoslavia y Rusia habían tenido sus hijos basquetbolísticos y maduraron como potencias: Serbia, Croacia y Lituania. 


Dos años más tarde llegaría Londres 2012 y otra vez esta Generación peleó por una medalla. Y fue derrota ante Rusia, por solo 4 puntos, en esos partidos en que podes ganar o perder.

Al Mundial de España 2014 no fue Manu -los Spurs no le permitieron jugar-, Argentina perdió un clásico doloroso con Brasil en Octavos de final y pareció que ya no iba a haber otra función y otra despedida.

Pero en el Premundial de Guadalajara, otra vez comandados por Scola y Nocioni, los dorados parieron herederos en las siluetas de Campazzo y Garino, y hubo clasificación a Río. 

Entonces Gino dijo que sí, se hizo la mejor preparación de la historia en Tecnópolis y Córdoba y hubo despedida. En Río, después de un histórico partido ante Brasil que resumió una gran primera fase, y después -sobre todo-, de haber vuelto a soñar. 

Aunque se terminó... como terminan los sueños. Así. 

Generación Dorada ¿y ahora qué?


Despertar y andar este día y cada día


¿Y ahora?  

Luis Scola anunció que seguirá jugando para la selección nacional, y también Carlos Delfino, totalmente recuperado de la lesión que lo alejó por tres años de las canchas. 'Cabeza' negocia volver a la NBA -¿Milwaukee?-, o jugar en un grande del viejo continente que juegue Euroliga. 

Que el sucesor natural de Manu, por calidad y capacidad goleadora y de penetración, vuelva a competir en el primer nivel es clave para él y para la selección. De hecho, a varios torneos clasificatorios Argentina viajó con Prigioni, Scola y Delfino como armas clave. 

Ya el lector pensó en Campazzo y en las variantes que ofrece Laprovíttola. 'Facu' la rompió en la temporada en el Murcia, equipo al que llevó por primera vez a un Play Off y continuará allí.

Claro, si es que algún equipo de la NBA no quiere esperar a febrero y se dispone a pagarle al Real Madrid -donde juega Nocioni-, la ficha para quedárselo. 

Es que Campazzo es dorado y el mundo básquet cree que si no fuera por sus 179 centímetros ya estaría jugando en los Estados Unidos. No importa, para la selección lo mejor es que juegue y tenga mucho protagonismo. En el partido contra Brasil demostró que puede asumir ese legado de conducción épico. 

En su segundo juego olímpico, Facundo fue el goleador del equipo con 15,8 puntos de promedio. Y también lideró al equipo en otros dos rubros: asistencias, con 5.8 por duelo (4to del torneo); y robos, donde se consagró en el certamen, con 2.8 de promedio. 


En tanto el hijo de Margarita Stolbizer, si bien irregular en la selección, jugó en Estudiantes de Madrid -¿seguirá allí?-, equipo al que casi salva del descenso con actuaciones rutilantes: algunas con tardes de 30 puntos. 

Nicolás anotó 21 porotos en la derrota ante España, aún sin estar del todo recuperado de la lesión en uno de sus tobillos. Puede asumir ese rol, aunque también pasar mejor y más seguro el balón.

La dupla Campazzo-Laprovíttola funcionó muy bien por momentos, como en Guadalajara. Es una gran opción con la que no cuentan otros planteles. 

Pero debe saber también que el base de Quilmes de Mar del Plata, Luca Vildoza -de 21 años-, ya arregló un muy buen contrato con el Baskonia de la Liga ACB de España, la segunda en importancia del mundo. 

De hecho el conductor de 1,87 se ilusionó con viajar a Río de Janeiro como tercera opción en la base. Juega en selecciones juveniles desde hace cuatro años, esta jugada lo describe. 

Luca Vildoza imita a Jordan en el Mundial U17

Entre los perimetrales asoma Patricio Garino, que jugará en San Antonio Spur pero como bien lo nombró Nocioni "está para suplantarme en mi puesto". Pura defensa, aunque puede soltarse más en ataque, tiene apenas 23 años y muchísimo para darle al basquet nacional y mundial. 

El 'Chapu' también nombró a Gabriel Deck, el más chico de este plantel que fue a Río. 'El Tortuga' tiene 21 años y Guadalajara y Río en el lomo. Recuerde que lo primero que hizo cuando ingresó ante Croacia en el segundo partido de esta selección fue encarar a Saric y convertirle en la cara con bandeja "pasada" al gigante de Philadelphia 76ers, de la NBA. Deck va a jugar la próxima temporada en San Lorenzo; seguramente será la última en nuestra Liga. 

A ellos hay que sumarle a Nicolás Brussino, "el rubio con la 9" -a decir de mi hijo de 6 años-, que jugó poco en Río de Cañada de Gómez (de dónde es Nocioni) es una de las máximas promesas de nuestro basquet.

El pibe de 23 años firmó en Dallas y hay que ver si queda en el plantel NBA. Argentina lo necesita activo, y que crezca en fortaleza física (es celíaco y su dieta debe ser especial). Su parecido a Walter Hermann, por capacidad goleadora, de penetración y de altura hace ilusionar en esta renovación. 

Juan Pablo Vaulet, el flaco que jugó ante Croacia en Córdoba cuando Garino viajó en medio del trabajo previo a Río a firmar con los Spurs, juega en Bahía pero ya fue fichado por Brooklyn Nets, el mismo equipo donde jugará Scola esta temporada de NBA. 

'Juampi' tiene 20 años apenas y una capacidad atlética envidiable. Asegura defensa, rebotes y altura en el perímetro. Sus 2,01 le permiten correr y además jugar tanto de alero como de escolta. Estas cosas hace el 'Flaco'.

Tremenda volcada de Juan Pablo Vaulet

En la zona pintada

 

Si bien el básquet ha cambiado y los partidos dejaron de definirse en la pintura, y en cambio los triples se han impuesto (el porcentaje es de 60 o 70 por ciento, cuando antes era al revés), la Generación Dorada hizo mucha diferencia con los Scola, Oberto, y hasta con el trabajo sucio de Wolkowyski. 

Es difícil que un país saque otro productor como Luis Scola. Y no solo por su capacidad con el balón, sus movimientos y sus recursos para imponerse con calidad en tierra de gigante con (apenas), 2,06 de altura. 

Y 'Luifa' no puede jugar de 5, esto es de pivot duro para fajarse con los otros. Porque pierde, como con Gasol o jugadores como los lituanos, y porque ese desgaste luego se siente en ataque. 
 

Generación Dorada ¿y ahora qué?


Las opciones en Río fueron Marcos Delia y Roberto Acuña. Hay quienes señalan que no estuvieron a la altura. En cambio, para el cronista y para algunos periodistas más especializados en básquet, su actuación -aunque escaso aporte-, con 24 y 23 años respectivamente, fue valioso. 

Delia, a quien se le reclama más injundia en su defensa y decisión bajo el aro en ataque, jugará con Campazzo en Murcia. Ese roce y el trabajo de 'picanroll' con Facundo y su adaptación asesorada al básquet europeo le vendrán muy bien. 

En cambio a Acuña, que en principio seguirá en Peñarol de Mar del Plata, hubo que frenarlo para que cometa menos faltas. Por personalidad y su historia personal de haber jugado tanto en torneos de ascenso, vivir un juego olímpico lo ha emparentado con esta Generación. Esta dupla puede tener larga vida en la selección. 


Los que quedaron afuera de Río

El escolta Nicolás Richotti no viajó a Río por lesión. El escolta del Canarias Tenerife, también de la liga española, sí estuvo en el clasificatorio de Guadalajara. Y sirvió al equipo en defensa y en ataque. Basta con recordar su golazo ante Uruguay. De él también se espera más. 
 

Nicolás Richotti's Reverse Layup - 2015 FIBA Americas Championship


Otro productos de la Liga Nacional, con experiencia -ante la falta de jugadores de 30 años-, como Marcos Mata, mejor jugador en las finales para el título de San Lorenzo. O Selem Safar, tirado aunque inconstante con la camiseta de Argentina, que se sumará al 'Cuervo' de Tinelli en la próxima temporada. Mainoldi, presente en Río, es de esta camada de hombres. 

 

Jóvenes promesas

El listado es largo pero basta con observar a un par de jóvenes de 18 años que jugaron el último Mundial de la categoría. Francisco Caffaro, que se perdió la gran cita por lesión, es uno de ellos.  

Francisco, pivot de 2,10 metros jugó el año pasado el partido de internacionales del prestigioso campus Jordan Brand Classic. También lo hizo Máximo Fjellerup, de 18 años, aquel que la rompió en los play off de la última Liga ante el campeón, San Lorenzo. 


Facundo Corvalán, base de Bahía Básquet, y Lautaro López, de San Lorenzo, de apenas 17 años. Leonardo Lema, pampeano que juega en Atenas es alero y destacado valor. Y también Lautaro Berra, pivot de 2,08, puede estar en una lista en la que se puede incluir a Lisandro Fernández, escolta de Boedo. 

El proceso ya empezó, en estos Juegos de Río Campazzo, Garino y Laprovíttola asumieron el legado, que por ahora seguirán custodiando Scola y Delfino. Ellos seguirán en el plantel contagiando esta manera de jugar y sentir el básquet. 

Por delante hay torneos Sudamericanos pero además, una nueva y novedosa Eliminatoria Americana (que comienza el año próximo), para para clasificar al próximo Mundial de China 2019 y a los Juegos de Tokio 2020. Vamos a poder ver a la selección de básquet más seguido, el público podrá alentarlos en vivo y por los puntos, como en Río. 

Esta Generación Dorada demuestra que su clave del éxito no tuvo otro secreto. Dedicación, sentido de pertenencia, esfuerzo, compañerismo, mentalidad ¡lucidez! Talento sobra. Lo demás, todo lo demás, se hereda.