En el marco de los octavos de final de la Copa de Brasil, el Santos le ganaba de visitante a Gremio por 2-0, lo que parecía liquidar la serie, pero cuando faltaban 3 minutos para el cierre, el partido se detuvo momentáneamente, debido a las quejas de uno de los jugadores.

Aranha, el arquero del Santos, indignado, se dirigió hacia el árbitro del encuentro, Wilton Pereira Sampaio, manifestando haber recibido fuertes insultos racistas por parte de la hinchada local.

Sin embargo, el juez del juego no hizo caso a los reclamos del portero, y el duelo finalizó sin ningún otro incidente, con la victoria final del visitante.

Luego del partido, los abogados del Santos decidieron denunciar a los hinchas del local e incluso a los árbitros, y ante la fuerte acusación, el "Superior Tribunal de Justiça Desportiva" (STJD) castigó al Gremio con su exclusión de la Copa de Brasil y una sanción de 50 mil reales.

Además, los xenófobos identificados en la tribuna no podrán ingresar a ningún estadio durante 720 días, mientras que el árbitro Wilton Pereira Sampaio, será sancionado con 90 días de suspensión y una multa de 1.600 reales; y los líneas Kléber Lúcio Gil y Carlos Brekenbrock, con 60 días y 1.000 reales. Todos podrán apelar la sentencia.