El titular de la FIFA se mostró convencido de que el de "Brasil será un gran Mundial" y prometió trabajar junto al Gobierno brasileño para que sea "el mejor de la historia".

Joseph Blatter dijo "que no le será sencillo (a Brasil) porque habrá otros 31 postulantes a pretender jugar la final" el 13 de julio próximo, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Sin embargo, entiende que "toda la nación hincha por el sexto título".

El mandamás de la FIFA coincidió con Dilma Rousseff sobre que "el Mundial será una plataforma para luchar contra la discriminación y el racismo", a la vez manifestó el deseo de que durante la competencia ecuménica "cesen las actividades beligerantes en el planeta y que el fútbol sea una forma de unir a las personas".

La jefa del estado brasileño garantizó que "los estadios, los aeropuertos, los puertos y todo el pueblo brasileño están listos para recibir la Copa de las Copas".

A la vez, Rousseff destacó que su país "está preparado para ofrecer al mundo un maravilloso espectáculo, con la alegría, el respeto y la gentileza del pueblo brasileño" y ofreció tranquilidad para los extranjeros porque "se contará con la estructura de seguridad necesaria", dijo.

La presidenta brasileña generó la nota de color al manifestar "curiosamente la Copa tiene nuestros colores" en referencia a unas líneas pintadas en verde y amarillo en la base del trofeo de oro macizo, colores de la bandera brasileña y la selección.

Por ello, expresó "es imposible no soñar que será la selección brasileña la que alzará la Copa", en la final.