El fútbol en el mundo árabe siempre nos depara situaciones inesperadas ajenas a la tradición del futbol, y una vez más no fue la excepción.

A todos nos gustaría entrar a increpar al árbitro cuando cobran un penal contra nuestro equipo que nos parece injusto, pero en Qatar eso parece estar reservado para los jeques.

Como el dueño del Al-Wakrah, que replicó lo que sucedió en el Mundial de 1982 durante el partido de Francia contra Kuwait, cuando un jeque se metió en la cancha porque le habían anulado un gol a su seleccionado.