En la Copa Libertadores se puede perder de visitante, está dentro de la lógica, aunque es mucho más extraño hacerlo de la forma en que lo hizo Racing.

Ir perdiendo 3 a 0 con Atlético Nacional en Colombia es un resultado desastroso, acercarse en el marcador en tiempo de descuento y ponerse 2-3 es un alivio que te deja bien parado para la revancha, pero que en la última jugada te hagan el cuarto es directamente para internarse en una unidad coronaria.

Se ve que a Marcelo Bonelli el final del encuentro lo alteró tanto que no pudo dormir y llegó con el ánimo alterado. Por eso cuando escuchó a Gravellone insistir con los errores de Fernando Gago, no se aguantó y le saltó a la yugular.