Los programas deportivos cada vez remedan a las charlas de café entre hinchas. Chicanas, acusaciones, chistes, agravios, todo mezclado con poca rigurosidad y generando puro show televisivo.

Por eso Martín Arévalo lo llamó al orden a Pipi Novello y le tuvo que aclarar que estaban haciendo un programa de radio donde cada uno da su opinión.