Cancha Llena: 

El británico Andy Murray se tomó revancha de su derrota en Madrid hace una semana y derrotó al serbio Novak Djokovic por 6-3 y 6-3 en la final de Masters 1000 de Roma. El escocés, que hoy cumple 29 años, regresará al número dos del ranking mundial gracias a su triunfo sobre el polvo de ladrillo del Foro Itálico, donde Djokovic, líder del escalafón, perdió la primera de las seis finales que disputó en 2016.

Murray presentó además sus credenciales para Roland Garros, que arranca el próximo domingo. Algo frustrado, Djokovic se mostró irascible durante el partido y discutió airadamente con el juez de silla, a quien se quejó del estado de la pista.

El serbio protestó continuamente al considerar que las líneas estaban resbaladizas por la lluvia caída sobre la capital italiana, aseguró que se había torcido tres veces el tobillo y pidió que el juego se detuviera.

El número uno del mundo llegó además al partido con un desgaste de energía mucho mayor que su rival, después de derrotar en un duro partido de cuartos de final a Rafael Nadal y jugar una semifinal ante Kei Nishikori que duró tres horas y terminó tarde en la noche del sábado. Murray, que se impuso en 1:35 horas de juego, sumó su tercer título sobre polvo de ladrillo y el segundo de nivel Masters 1000, después de derrotar el año pasado a Nadal en Madrid.

Desde el comienzo de la pasada temporada, el escocés acumula un récord de 29 victorias y tres derrotas sobre polvo de ladrillo, superficie sobre la que hoy le ganó por primera vez a Djokovic. El balance global sigue siendo, no obstante, muy favorable al serbio, que venció a Murray en 23 de las 33 veces en las que se enfrentaron.