Para su muestra “Wotsit all about”, (los Wotsit son un tipo de chizitos) cubrió a sus modelos con este producto, helados, dulces, embutidos y todo tipo de comida chatarra.

Dado que los alimentos se descomponían rapidamente ( y que trabajaba con modelos vivos) el artista decidió plasmar sus creaciones en fotografías que se exponen hasta mitad de septiembre en la ciudad de Londres.

Ostrer, señaló que el “culto al azúcar” es un síntoma de malestar de la sociedad occidental. Para el artista, sus creaciones son seres híbridos mutantes sintetizados biológicamente con alimentos, que habitan un "mundo postapocalíptico". Más allá de su visión fantástica, todos los productos que utilizó son reales e incluso están a la venta.

"Mi trabajo es a menudo una constante evolución de la autoayuda, yo mismo soy el terapeuta y el paciente. Mi intención era exponerme a tales niveles extremos de la comida basura que ya no querría volver a probarla", afirmó James Ostrer. Y además convirtió su obsesión y reflexión en verdaderas expresiones artísticas.