Megumi Igarashi de 42 años es una artista que reside en Tokio y que suele presentar su arte bajo el alias Rokudenashi-ko, que significa "chica absurda".

La nipona se vio envuelta en un escándalo  y fue apresada cuando envió los datos digitales a un hombre con fotos de su vagina para ser impresos utilizando la tecnología 3D.  Los cargos que afronta la artista son por "indecencia", y no sería la primera vez que es acusada de tal acto contra "el bienestar público" después de que se diera a conocer que estaba juntando fondos para construir un barco con la forma del aparato reproductor femenino.

La artista fue arrestada luego de que se comprobara que más de 30 personas  habían respondido a una solicitud crowdfunding para construir un kayak inspirado en sus genitales y que intentó imprimir su vagina en 3D.  Igarashi llama a su proyecto el "pussy boat".

Igarashi señaló en su defensa que únicamente envió a sus clientes datos y no fotos y afirmó que no considera la información para la impresión en 3D como material obsceno.

La legislación japonesa prohíbe la distribución de materiales "indecentes", si finalmente es hallada culpable podría ser condenada hasta dos años de cárcel o a una multa de hasta 2,5 millones de yenes (24.500 dólares), según ha informado su abogado.

"Japón sigue siendo una sociedad en la que se reprime a quienes tratan de expresar la sexualidad femenina, cuando la sexualidad masculina se tolera en exceso", expresó la activista japonesa Minori Kitahara y denunció que la policía registró la oficina de Igarashi e incautó 20 obras suyas.

Una vez más se unen el arte y el "escándalo" a la hora de crear.