El título de una de las colecciones  de una joven -pero prolífica- editorial independiente es en homenaje al pensador estadounidense Henry David Thoreau: "Ataque emocional al Sistema Capitalista".

El articulador de la desobediencia civil señala en el ensayo “Walking” (Caminar); que forma parte del catálogo de esta editorial: "Alguien que avanzara incesantemente, sin descansar nunca de sus tareas, que creciese deprisa y plantease infinitas exigencias a la vida, siempre se encontraría en un nuevo país o en un nuevo despoblado, rodeado de las materias primas de la vida".


Para Nulú Bonsai, el  catálogo editorial es una tierra fértil de la cual se cosecha esa materia prima, el crecimiento que les permite seguir adelante, con esfuerzo y cuidado artesanal. “Seguimos insistiendo y seguimos creciendo, porque los catálogos no disminuyen; crecen”, destacan los responsables del proyecto. La obligación de avanzar incesantemente y no estancarse es el motor que le permite a Sebastián Goyeneche y Grau Hertt rodearse de la materia prima de su vida: la literatura.   

En lo que respecta al boom de la literatura independiente que se viene desarrollando hace varios años en la Argentina, uno de los nombres insoslayables en lo que a editoriales autogestivas refiere es el de Nulú Bonsai.  Con siete años recién cumplidos y alrededor de 60 libros editados, el proyecto comandado por Goyeneche y Hertt  atravesó el 2015  con una intensa pero cuidada producción como estandarte; no sólo desde las colecciones editoriales iniciáticas –Nulú Bonsai y Ataque emocional al sistema capitalista, las cuales generaron nuevos títulos- sino también a través del comienzo de un proyecto de poemarios en formato plaqueta titulado La Fuerza Suave -con ya más de 30 títulos en su haber-; lecturas en vivo –en gran parte como extensión del proyecto de plaquetas–; producción de presentaciones de nuevos títulos o reediciones; la reaparición de su ciclo “El Living”, por el cual se ha podido apreciar el trabajo de una multitud de poetas y bandas- y el trabajo editorial-arqueológico más ambicioso e importante que se haya visto en mucho tiempo: la edición de las obras completas –lamentablemente póstumas- del polifacético escritor queer Ioshua.


Los autores se conocieron a partir del movimiento generado por Poesía Urbana como uno de los primeros medios y agitadores culturales en lo que a poesía se refiere durante los dos mil, que incluía lecturas en vivo, ferias editoriales -las primeras F.L.I.As- y ciclos donde se aunaban productores ligados al arte y la autogestión cultural. Tanto Goyeneche como Hertt, previo a ese momento de tomar contacto mutuo, habían publicado solamente fanzines. Grau había realizado, por ejemplo, una antología de los poetas que circulaban por Poesía Urbana y en sus fanzines se escapaba a la estética veloz y fotocopiada del fanzine, usando papel ilustración y tintas de color plateado. “Era usar el papel de la música para la poesía. Algo gratuito  como el fanzine pero con calidad de diseño.  Con Nulú siempre la idea fue de hacer un proyecto que incorporara otras artes, y de repente toda esa cosa estética paso a ser el sello de nuestra editorial.”

Con la aparición de Necamesia en 2008 –libro escrito a cuatro manos por sus mismos editores- Goyeneche y Hertt dieron el puntapié inicial de un proyecto que fue creciendo lenta y sostenidamente.

“Cuando Necamesia toma forma, nos damos cuenta que ese libro no podía ocupar espacio en ninguna biblioteca, no tenía peso por sí solo. Ahí fue que dijimos: hagamos una editorial” comenta Grau Hertt, oriundo de Mar del plata y que al comenzar el proyecto junto con Goyeneche se radicó en Capital Federal. Convencidos de encontrar jóvenes de su edad que estuvieran en la misma sintonía, buscaron propuestas poéticas nuevas para exponer en el entonces incipiente catálogo del proyecto. No tardaron en aparecer escritores con los cuales intercambiar una búsqueda que era necesaria e inmediata.

Las primeras publicaciones –entre los cuales se encuentra Ataque de Pánico de Juan Xiet, uno de los clásicos de la editorial, pero también Luciano Cescut y Minner, entre otros - intentaban abrir el espacio como pluralidad, con autores divergentes tanto en forma como en contenido. La hermandad entre estos editores fue evolucionando al ritmo de su primera publicación, que fue el libro que escribieron en conjunto y que, señala Hertt, “fue una evolución medio piramidal de cosas que se agregaron y sacaron mientras hicimos la editorial.” Ahí comenzó todo.


Nulú Bonsai, a diferencia de otras propuestas en el plano editorial, intenta redoblar la apuesta por  otros medios. Sus creadores, al unísono, se definen, no solo como una editorial; sino también como “productora de arte”, que en gran medida se vale de generar espacios de difusión tanto para los autores que encontramos en su catálogo como para muchos otros por fuera de la editorial y mismo de la disciplina literaria. En 2011 se estableció en el ahora clausurado –como otros tantos espacios de cultura independiente porteños durante los últimos años- Club del Arte, donde realizaron, tan solo durante ese año, 50 ediciones del Ciclo El Living, surgido en 2009. Eran reuniones por las cuales desfilaban “autores del catálogo, gente que nunca había leído, invitados, bandas”. “Era una base sedimentaria total de artistas”, recuerda Goyeneche.



La aparición durante el 2015 de pequeñas selecciones poéticas a través de la colección “La fuerza suave” terminó de ordenar el catálogo para estos prolíficos y jóvenes editores.  Para Grau Hertt, la colección permite “visualizar un muy buen primer poemario de un autor totalmente novel.” Y comenta: “Lo que aprendimos después de tantos años editando libros es que una gran ayuda para que el autor aprenda a hacer  cierres y construcciones de su obra. Es un proceso que vivimos nosotros cuando editamos Necamesia. ´La fuerza suave´ permite que un autor pueda acceder a una primera publicación y que lo deje con ganas de algo más.

En el último mes de Noviembre, se presentó el resultado de, probablemente, el proyecto más arduo que llevaron a cabo como editores: Todas las obras acabadas, una minuciosa y merecida recopilación de la producción del escritor, dibujante y periodista Josué Marcos Belmonte, más conocido como Ioshua, uno de los más emblemáticos poetas y performers independientes en lo que va de estas primeras décadas del siglo en Argentina. El libro consiste en un grueso volumen que compila libros, poemas inéditos, entrevistas y hasta dibujos del autor, que murió en junio del 2015.


“En una fiesta de poesía urbana leíamos solamente él y yo; eramos la performance de la fiesta. El leía con unas pistas y unos videos porno. Cuando termina le pregunto dónde se podían conseguir libros suyos y me dijo que lo que publicaba lo hacía él a mano. Hasta ahí teníamos tan solo 6 o 7 libros, y nunca habíamos propuesto una publicación que fuera tan externa a la gente con la que nos juntabamos.”
Previamente a la reciente salida de “Todas las obras acabadas” a fines del año pasado, en la colección “Ataque emocional al sistema capitalista”  ya figuraban cuatro títulos de Ioshua, entre ellos el que probablemente sea su estandarte y el cuál Grau Hertt le ofreció publicar con Nulú Bonsai: “Pija, birra y faso”. Según los editores, dicho poemario había sido rechazado por 5 editoriales antes de ver la luz a través de Nulú Bonsai.  Señala Grau: "Era un libro que solo había que mandarlo a imprenta. Lo leímos y flasheamos. Me senté entonces a maquetarlo para que salga por el sello. Fue todo en 48 hs".

En el caso de su obra entera reunida, el objetivo del libro era volver a acercar a Ioshua al contacto con la literatura.  “Le planteamos hacer un libro excéntrico, megalómano; una fiesta increíble, y que celebraramos lo que nunca pasa, que era sacar las obras completas con el autor vivo.”, anhelo que lastimosamente no pudo ser.

Quizás una de las características más enriquecedoras y notables de gran parte de estos emprendimientos que configuran un boom de la producción editorial independiente sea que sus mismos editores son poetas y circulan mostrando su material, mediante performances en espacios como bares, centros culturales y presentaciones de libros. Desde Ludwig Ediciones hasta Blatt y Ríos, pasando por Los Años Luz o Difusión Alterna –por nombrar algunas propuestas disimiles tanto en lo editorial como en lo literario- podemos observar editores que ve una correlación entre la necesidad de poner el cuerpo en la literatura y la de darle un cuerpo que sea su modo de vida, mediante la plataforma en que se difunde, ya sea física o digital. Nulú Bonsai no es la excepción y sus creadores siempre están produciendo y exponiendo al público material propio, ya sea en el texto o en la lectura en vivo.

Sin abogar por partidismos, en el agite y la producción fuertemente cooperativa de Nulú Bonsai se puede observar -desde el título de las colecciones, el catálogo y su intervención concretamente activa en la cultura mediante la independencia- una conciencia política del rol que ocupa el editor: “No nos cabe la de trabajar con ideas y editarlas solo porque suenan bien. Adhiero a las ideas de cada autor. Más allá de que haya autores que no tengan un contenido político y simplemente sean poesía. Ahí también adherimos porque se adhiere a una forma de concebir la poesía.” señala Grau Hertt. También, siguiendo esa línea destacan el período de efervescencia y productividad, creciente hasta la fecha, que ha vivido la edición autogestiva de la mano de otros sellos –los ya nombrados Blatt y Ríos, Ludwig Ediciones, pero también Milena Caserola, Triana, Tammy Metzler o Mansalva por nombrar solo algunos, de los cuales rescatan muchos aspectos que les motivan a seguir produciendo: formato, catálogos, diseño, encuadernación y traducciones actuales.  Y luego de siete años recientemente celebrados en diciembre -con un evento que incluyó desde lecturas de poemas hasta un brindis por últimas publicaciones (Heráclito, Gavril)- los editores se sienten conformes y satisfechos con el lugar que ocupa la editorial hoy por hoy. “Yo creo que después de una serie de ferias y viajes , esos eventos en los que te cruzás con colegas, algunas sensaciones son de respeto y de que hay una recepción de lo que hacemos. Nos pasó en 2013, cuando empezamos a hacer librerías, que un montón de libreros reconocieran la editorial, el catálogo, que les interesara, un montón de comentarios de todo tipo”, reconoce Goyeneche.

“Si hay mucha poesía es porque hay mucha incomodidad, disrupción, mucha cosa que no se dijo o a la que se llegó tarde, mucha cosa que se quiere decir. Somos una generación con muchos problemas de autoestima y sin embargo no paramos de construir y hacer” postulan y a la vez confirman: con vistas a un 2016 que los se verá plagado de nuevos títulos –entre ellos, Walter Lezcano, Minner, Lucas brito Sanchez, Cristino Bogado entre otros-, mantenerse en acción es el gran deseo de un proyecto siempre en movimiento.