López nos prepara para un viaje con guiños fraternales. El lector se sume rápidamente en la trama presentada en las primeras líneas hasta que una de ellas se proyecta como  lanza en la retina: "el enano de Velázquez".

Inmediatamente la lectura que se presentaba calma se desacomoda, el lector comprende que las linealidades están por romperse. ¿Cuál de todos los enanos de Velázquez?

El recurso de aquello que se lee como autobiográfico se mezcla con las imágenes de un mundo atravesado por un ojo bifocal entre lo crítico y lo artístico. Y ahí se halla la opulencia de sus textos volátiles que se aferran a un padre/picaporte, miedos, deseos, viajes e intimidades sin la lámina sudorosa del pudor.

López desarrolla, con el transcurrir de las páginas, una noción de profundidad entre diques, hoyos, embudos, caparazones para siempre volver a la relación con una hermana que atraviesa  el libro. Lo provocador de Sophie Call, lo fálico de Lucien Freud, la luz de Johannes Vermeer van Delft son algunas de las citas con las que la autora expone su condición de poeta- artista y su picardía en el uso de lo onírico.

La  línea de William Blake "pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa" se termina de pronunciar mentalmente al finalizar la última página.

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Velorio y Velódromo de Mariana López

Ediciones VOX 2015/40 páginas
Ilustración de tapa: Carlos Herrera

Mariana López nació en Buenos Aires en 1981. Es artista visual. Cursó estudios de Letras y Artes en la U.B.A. Expuso de manera individual y colectiva en Buenos Aires, Rosario, Nueva York, San Pablo y Frankfurt. Poemas de su autoría fueron incluidos en el volumen Dysfyction II (Frankfurt, 2014) organizado por Mark Von Schlegell.