Bartomeu Marí, director del MACBA, no avaló la exposición de la obra "Haute couture 04 Transport" ( Alta costura 04 Transporte) de la artista austríaca Inés Doujak y el británico John Barker que forma parte del proyecto Loomshuttles / Warpaths (Lanzaderas de telar / Caminos de guerra).

La polémica obra es una escultura que representa al rey Juan Carlos I montado como si fuera un caballo por una mujer inspirada en la líder obrera y feminista boliviana Domitila Barrios, que a su vez es sodomizada por un perro.

Cuando el director del museo vio la obra pidió que la retiraran de la muestra que esperaba inaugurarse en el día de ayer. Ante la negativa de los curadores la muestra fue directamente cancelada.

Hasta el momento ya más de doscientas personas se manifestaron en el museo convocados a través de Facebook solicitando un  "museo más democrático”.

“El Macba trabaja siempre con una gran libertad y responsabilidad y tiene una filosofía muy abierta, y hay mensajes que no hay que vehicular desde el museo. El arte son mensajes y los museos sus transmisores”, explicó Marí en declaraciones a la agencia Europa Press. Y agregó: “Es la primera vez que sé de un suceso así en 25 años de profesión. Una muestra implica un proceso de mediación entre los comisarios y la institución y es sorprendente y lamentable no haber llegado a un acuerdo”.

“Doujak es una artista reconocida, con una trayectoria de investigación sobre las dinámicas del colonialismo y ya había expuesto en el Macba”, explica Valentín Roma uno de los curadores en El País. Y señala que  “La escultura rechazada forma parte de un proyecto iniciado en 2010, que arroja luz sobre las complejas y asimétricas relaciones entre Europa y América Latina. Es una obra que se inscribe en la gran tradición de las relaciones entre arte y poder. Desde hace siglos, el arte caricaturiza los arquetipos del poder y eso es lo que hace Doujak, por lo que en una muestra sobre cómo se repiensa la soberanía en la actualidad no podíamos aceptar eliminarla. Probablemente muchos ni se hubieran dado cuenta de quien es el personaje, porque no es lo importante de la obra”.

La crisis interna entre el director del Museo y sus curadores- a la hora de comprender el valor artístico de la obra- generó malestar entre la comunidad artística española y la necesidad de debatir sobre "la democracia del arte" y la posible existencia de "presiones políticas".