En su biografía de Facebook estos artistas plantean: "Ante un mundo que nos premia por pensar, actuar y sentir todos igual, Marianela y Pool se rebelan reafirmándose distintos. Emplean el humor para subrayar su desconexión con un universo histórico, político, religioso que resaltan ficticio y en el que ven atrapados a sus mayores".

Y se sirven de esos universos para resignificar distintos planos, desde el consumo, la religión, la fe o incluso la cosificación.

Sin dejar de mencionar como precursora la obra de León Ferrari, estos artistas se acercan a lo religioso a partir de pinturas y muñecos en una colección llamada "The plastic religion" (La religión plástica).

Pero, a diferencia de lo que ocurrió con la muestra de León Ferrari y los fanáticos religiosos que intentaron destruirla, la muestra de Pool & Marianela fue atacada por un flanco "inesperado".

Los artistas crearon un Ken, el famoso novio de Barbie, como Gauchito Gil, San Cayetano, Jesús o Buda. Mientras  que Barbie aparece como la Virgen de Luján, la Virgen María, la Virgen Desatanudos o la Difunta Correa. Y con esta última "santa pagana" comenzó el revuelo ya que Daniel Rojas, de la Administración de la Difunta Correa, reveló que demandará a los autores por daños y perjuicios.



La imagen de la Difunta Correa se encuentra ¡patentada!  y el uso es exclusivo del Gobierno provincial de San Juan.  La artista Marianela Perelli salió a aclarar que no se trata de un "negocio" sino de arte, ya que cada pieza es única y tiene un carácter reflexivo.

Independientemente de si se difruta o no de este tipo de expresión artística; que la figura de una santa popular esté patentada inmediatamente lleva a la pregunta ¿De quién es el negocio de la fe? y hace que la muestra de estos rosarinos adquiera una riqueza de un carácter aún más profundo.