“Entre tragos y amigos”, es el nombre de la película para los países de habla hispana, y cuenta la historia de un grupo de parejas francesas que rondan los cincuenta años, y cómo a partir de los años vividos y las relaciones humanas se puede dar un vuelco a la vida.

El ciclo de estrenos franceses trajo títulos como “Dos días, una noche” de Jean-Pierre y Luc Dardenne, con el protagónico de Marion Cotillard; “La Venus de las Pieles”, de Roman Polanski; “El cuarto Azul” de Mathieu Amalric; “La espuma de los días” de Michel Gondry; y “Saint Laurent” de Bertrand Bonello, sobre el reconocido diseñador de moda. También llevó mucho público espectador a las salas, ávido de conocer las últimas novedades en materia cinematográfica de uno de los países con gran e importante historia del celuloide. Hablamos con Lavaine sobre “Barbecue”, el cine y los placeres en general.



Daniela Pereyra: -¿Como surge la idea de hacer Barbecue?

Eric Lavaine: -Vino esa idea mirando a mis propios amigos, y decidí aplicar un consejo que les doy a jóvenes directores y que yo no aplicaba nunca, como todo buen consejo, y que se trata de filmar sobre lo que conocen, filmar sus propios universos.

Nació de ese interés de registrar lo que me rodeaba y en particular, a mis amigos de hace veinte, treinta años, sacando caracteres de distintos amigos para mostrar que vivimos las mismas cosas. También lo que me guió fue una cita que se suele decir en Francia que dice que "no hay mejor familia que la que uno se forma", o sea, sus amigos y lo que quise mostrar es que con el tiempo, se vuelve aburrido porque se vuelve familia, con todo su infierno.



DP: -Siendo que se relatan los “achaques” de la mitad de siglo, ¿por qué hacerlo en tono de comedia?

EL: -Barbecue podría haber llegado a ser una película muy oscura, sin comedia, un drama. Pero creo en la comedia como una forma de comunicación y a la vez la risa y el humor que no tienen que romper la realidad. Y veo en la Argentina que más allá de las crisis y los malos momentos está esa voluntad de reírse y creo que la comedia es como la cortesía mínima que un director puede aportar al espectador, lograr reírse de las cosas de la vida, de las cosas que pasan.



DP: -En la película la voz del protagonista es la que guía el relato, incluyéndola como voz off, ¿por qué la elección de usar ese recurso?

EL: -Para ganar tiempo (risas). Confieso que no se si es muy elegante, pero la idea era ganar tiempo cuando tenía mucho para contar y ese proceso ayuda a decir más. E intenté que la voz sea y tenga un tono divertido. Entonces por un lado fue ganar tiempo y por otro lado, me permitía poner cosas en perspectiva con esa voz omnisciente. Si tuviéramos que hacer una voz en off ahora mismo, sería Eric que estaría contando por qué quiso poner una voz off en sus películas frente a dos queridas mujeres que no se si están interesadas por lo que estoy diciendo (risas).



DP: -Entre risas, discusiones, y rupturas lo que une a estos amigos es la comida, ¿cuál es la importancia de ese ritual?

EL: -Creo que la comida, y es lo que pude ver en Argentina y que es distinto de lo que pasa en Estados Unidos que uno come lo que quiere sin reunirse, acá está ese mismo afán de reunirse, de comer todos juntos, en familia o con amigos y yo creo que cuando uno más envejece, más importancia se le da. Y en un momento de la película quería que el personaje dijera algo que al final borré y es que en las viejas parejas la ternura sustituye al sexo y que el “morfi” entre amigos sustituyó a lo que es la fiesta y lo que se hacía de más joven. Entonces la comida es como un vector del placer y del compartir. Me considero un hedonista, me gustan estos placeres sencillos. Y la cocina, y yo cocino mucho, es algo fantástico, porque también soy músico y la música es algo muy personal, cuando veo músicos me siento celoso, en cambio, la comida se comparte enseguida, uno lo hace para eso, para compartir, y está esa idea del gozo. Y cuando hablo de comida también está el alcohol y en eso nos veo como pueblos muy cercanos, viva el malbec!


DP: -¿Se puede decir que la comida da el mismo placer de disfrute que una buena película?

EL: -Si, porque está esa misma idea del compartir, de hecho por eso a mi me gusta ver películas en el cine, en salas, para compartir estos momentos juntos y detesto ver una película solo, es como comer solo, yo cocino cuando estoy solo pero no me gusta comer solo y son muy pocas las veces que veo una película solo, es como hacer el amor, no me gusta hacerlo solo, prefiero hacerlo de a varios o de a dos.

DP: -¿Qué conocés sobre el cine argentino?

EL: -La última película que vi es Relatos Salvajes que me pareció genial y una de las que más me gustaron sin dudas es Nueve Reinas, que la vi tres veces; estas dos películas son las que más me marcaron. Y al conocer Buenos Aires me dieron más ganas de ver películas argentinas y un amigo me hizo una selección de películas que voy a ver en cuanto vuelva a París.

DP: -¿Cuál es la importancia del ciclo Les Avants-Premières en Argentina?

EL:-Creo que para el cine francés que no tiene la potencia del cine estadounidense es muy importante que exista este tipo de festivales porque son películas de más difícil acceso. Es más fácil para un joven ir a ver “Rápido y furioso”que “Barbecue”. Entonces es una manera muy útil para que las películas puedan existir.

Y cuando estuve en la proyección me sorprendió mucho porque yo esperaba a la mayoría del público que fuera francés, y me sorprendió ver que la gran mayoría eran argentinos, entonces me parece que acá en particular hay que mostrar estas películas porque el público está muy cultivado y abierto hacia el cine francés y es una manera para que pueda existir.

DP: -¿Por qué hacer cine?

EL: -Al principio no pensaba en cine, durante mucho tiempo hice televisión. Mi primera película la escribí con Héctor Cabello Reyes, que es la persona con la que escribo en general, y en realidad no pensaba ir hacia el cine. Para reunir la plata suficiente para hacer la película pusimos mi nombre porque ya estaba reconocido en el mundo de la televisión y eso podía ayudar, y una vez que tuvimos la plata y los actores me encontré como director y al final mi primera vez en el mundo del cine fue mi primer película, lo cual hoy me parece un poco loco. No tenía una verdadera voluntad por el cine, pero de a poco me gusta cada vez más y quiero seguir con la escritura de guión. Espero poder seguir con el ritmo de hacer una película cada año y medio, y calculando que la película número veinte será la mejor. Creo que lo mejor está por venir.



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“Barbecue” podrá verse en cines desde este jueves 23 de abril y se suma a otros estrenos franceses que desembarcaron en las salas argentinas desde la semana pasada, como “Mis días felices”, de Marion Vernoux, y va a estar acompañado por “El cuarto azul”y “3 corazones”. Mucho cine francés para compartir.