"El Impostor" es una pequeña muestra que tiene lugar en la galería Alpha Centauri ubicada en pleno Abasto. La pequeñez tiene que ver con el espacio reducido pero en realidad el uso plástico del mismo nos permite vislumbrar la enorme exploración de Juan Miceli en su arte de imposturas.

Una experiencia que emerge en una búsqueda sobre quién o qué, ídolos, su cuerpo, videos y fragmentos de una vida intensa e íntima.

"El impostor no pregona el engaño, no estafa, no hace trampa: Usurpa" reza la muestra "no curada" por Carolina Nicora. Nos introducimos en la usurpación y nos ponemos el traje de entrevistado y entrevistadora.

- Una vez dijiste que "Tu diversidad de roles te traumatizaba" y no te preguntaste "quién soy" sino "qué soy"; ahora estás con esta muestra "El Impostor" que juega con la idea de ser otro... ¿Cómo surgió? ; ¿Está conectado con ese trauma?


Juan Miceli - Hacía mucho que no me recordaban que la diversidad de roles me traumatizaba. En aquella época me resultaba un toque complicado explicar qué hacía. Era artista, también daba clases, pero básicamente trabajaba en cine. Soy artista (que a veces para el otro es algo semi difuso), pero también doy talleres de video. Hay una cosa en el tratar de contar eso, que a veces se vuelve complicado. Ya tenía una dicotomía que me complicaba, trabajaba en cine publicitario full time e intentaba ser artista. Me complicaba en términos de tiempo y superposiciones. Tenía la fantasía de pensar que mi laburo no me gustaba pero en realidad sí, a uno le gustan un montón de cosas, por ejemplo las vinculadas con el cine. De mi trabajo anterior creo que me quedo esto de armar muestras siempre en equipo, para otros artistas tal vez no necesariamente es así.

Foto: Shavi Alli

Retoque: Martín Szarfer


- ¿Una muestra siempre es en equipo?


JM- Porque yo lo planteo siempre como trabajo de encuentro. Yo tengo un lema, bueno en realidad no sé si es un lema (se ríe);  hay pocas cosas- cuando la química se da-  más satisfactorias que ver lo propio en manos de otros y viceversa.

Por ejemplo fue alucinante trabajar con los chicos de "Al ver verás";  les propuse entre otras cosas  un material de video mio colgando de un puente y a partir de eso decidimos hacer una proyección sobre dos edificios gemelos, esa fue su propuesta y eso fue lo que construyó esa obra que es nuestra.

Eso ya no es mi obra, es mi video, es mi proyecto pero está lo que surge en ese encuentro. O por ejemplo lo que hicimos con Diego Alberti en processing para "El Impostor"; o con Queralt Lencinas una artista que hace videopaisaje, a la  que  conocí en una beca del Fondo Nacional de las Artes que cursamos juntos, y fue con la primera que hice un video a medias. Ese trabajo compartido, me dio una posibilidad que solo no tenía. Lo mismo con Hernan Vilchez, un súper director con el que compartimos trabajos y obra.

Foto: Gastón Gabriel


- Este trabajo en equipo se me ocurre que entra en sintonía con tu idea de descartar leer una obra de manera unidireccional, esta cuestión de apuntar a "lo trans"...


JM- Totalmente, tiene que ver con lo trans y lo inter, con una especie de movimiento oblicuo. No creo que no tenga sentido hacer una lectura lineal ni del arte ni de la imagen en general, no creo que el arte vaya en paralelo con las palabras. Las palabras pueden dar cuenta del arte y el arte de las palabras pero no es que el uno y el otro se traducen, entre comillas, mutuamente.

A mí me encanta la palabra, incluso en los videos hay textos. Pero hay algo que a mí me quema un poco la cabeza que es esta idea de "entender la obra"; no tiene que ver solamente con el público sino también con la postura de alguna gente vinculada al arte que tiene cierta compulsión a explicar la obra. Nunca vas a saber qué quiere decir la obra, no porque sea imposible sino que la materia del arte siempre va a estar vinculada con la experiencia.

Foto: Shavi Alli


Tiene que ver con que, y no estoy diciendo nada nuevo, que todo sistema cultural se forma a partir de la lengua. Y ahora está empezando a romperse, el eje empieza a dejar de estar en el lenguaje. Ahora es difícil separar las palabras de las imágenes. Hay millones de pantallas, el tema es cómo distribuirlo, a qué pantalla se llega; podrías llegar a una misma persona a través de dos o más pantallas distintas.

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Nos interrumpe un vendedor, le contamos que estamos en una entrevista y perdemos el hilo.  Juan intenta volver diciéndome que tiene una primicia sobre la muestra "El Impostor", me habla de una "clave".



- Pero plantear una clave ¿no es marcar una lectura?; ¿no resulta contradictorio?



JM- No, para mí la impostación tiene que ver con un movimiento...



- ¿Algo lúdico?



JM- Sí, pero puede no serlo. No es necesariamente jugar a ser el otro. Es poner el cuerpo en una situación que no es propia y hacer que se vuelva propia... Por ejemplo, cuando yo estaba en el Colegio Nacional Buenos Aires quería ser periodista. Pero no me dejaban entrar a la revista porque tenía trece años, no tenía mérito alguno. Entonces un día me lo encontré a Borges en la calle a la salida de un cine.  Te juro, le digo a Borges "¿Le puedo hacer una entrevista para la revista, me daba vergüenza decir el nombre,  Aristócratas del saber?". Me dijo sí cómo no, me pasó su teléfono.  Se lo propuse a mi mejor amigo Charosky  y cada uno había leído un poco de Borges por su lado y nos juntamos tres noches seguidas a leer a Borges, todos los cuentos que pudimos... y fuimos y le hicimos la nota.


Encontré hace poco una foto de ese momento, más allá de lo físico, yo con un cuadernito, super formal sentado al lado de Borges, con los mocasines.  Fue el primer movimiento para lo que yo recuerdo, de manera clara, que sentía que no era lo mío (ser periodista) pero que podía hacerlo. Cada muestra tiene que ver con una impostación diferente, encarnar con el cuerpo una cosa diferente, que te termina revelando algo genuino, creo que eso es para mí la clave.

- ¿Cuándo notás que disfrutás ese movimiento, dejás de "hacerte pasar" o siempre sigue siendo un traje?



JM – Yo creo que ni en el comienzo es un traje,  es siempre  algo que pasa por el cuerpo. Yo cuando era chico miraba una película que me encantaba que se llama "Los usurpadores de cuerpos", que son unas cosas tipo polen que se ponen al lado de la persona que duerme y le sacan todo quedando el cuerpo como una cáscara y el otro pasa a ser esa persona. Siempre lo pensé como la zombificación del capitalismo, pero ahora que lo pienso ¿Los zombies no serán en realidad los verdaderos?, ¿Los que revelan la semilla de lo que somos en concreto?.



- ¿Como algo más primario?



JM- El furor de los zombies ahora es porque la sociedad es re zombie, al igual que con las películas de catástrofes. Ese deseo de que el mundo explote todo por el aire y deje de ser lo que es. O como "La mujer rota" de Simone de Beauvior, que está aislada sola, empieza a sentir un viento y piensa que se viene el tifón final y sin embargo solo se vuela una teja. Una gran estafa.

Foto: Shavi Alli

- Vos tomás el lenguaje, lo religioso, lo mítico y planteás que cada muestra tiene su ídolo. ¿A qué te referís con esa idolatría?



JM- Yo hablo de ídolo pensando en el hueso como lo divino, lo que más dura, o el pelo, que está tratado de maneras distintas y la forma en la que yo establezco mi relación con el cuerpo. Por ejemplo en "La suspensión" decidí ser la obra, me colgaba frente al cráneo de un toro en la galería dos veces por semana. En ese movimiento corporal, empezó a desaparecer la escultura. Tuvo que ver con un intercambio, creo yo,  siempre hay un ídolo aunque sea inventado , en el mundo uno pide algo y en el mismo movimiento da...

Video Lencinas/Miceli

- Pero el ídolo está puesto como algo superior ¿no es un impostor también?



JM- Bueno como decíamos con Claudio Ongaro el curador con el que trabaje entre 2011 y 2014 el arte es una suerte de verdad inventada, con todas las críticas que puedan hacérsele al concepto de verdad.


Para mí el ídolo no tiene independencia de ídolo sino es en tanto lo construimos como tal. En el 2012 hice "La Suspensión" en Córdoba donde me proyectaba videos de mi obra sobre mi cuerpo, planteando el cuerpo no sólo como obra sino también como pantalla. Había dos idolitos a mis contados y yo de me descolgaba y me metía en una montaña de cinta de VHS y desaparecía ahí.  La relación ídolo, animal, humano siempre es móvil. En esta muestra (El Impostor) el ídolo tiene varios rostros, además salen cabecitas de un árbol, está el pelo humano, el monstruo, el hilo de Ariadna, todo sintetizado en una sola cosa.



- En tu obra está muy presente tu historia. Se percibe de manera constante, no solo poniéndole el cuerpo sino también tus lecturas y considerando que por ejemplo decidiste mostrar en un video un examen médico después de estar tres semanas en coma...



JM- Hay algo que yo reconozco a esta altura que es  transformar el horror en algo, no sé si bueno o malo, pero en algo. A mí corporalmente me pasó en 2013 cuando ví esas imágenes de videodeglusión dije quiero aprender a editar. Me mostré a mí mismo por dentro.  Y tiene que ver con esta cuestión mía de si no hay diferencia entre el arte y el cuerpo, pero no solo por mi cuerpo no se trata de ser egocéntrico. Yo muestro mi cuerpo porque es el que tengo más a mano para mostrar (risas). Por ejemplo en el cine y la publicidad yo sentía mi cuerpo como algo operativo. En el arte mi cuerpo es y está, por eso también está bueno estar en la muestra presente. No es una cuestión evangélica, no hay que entender nada en la obra, hay un estar.
Un día me desperté pensando si el que volvió del coma no soy yo.



- Pero te preguntaste qué soy, no quién soy...



JM- También el qué tiene que ver con la construcción del humano. Más en términos de qué soy a nivel profesional pero lo puedo pensar en qué volvió del coma. ¿Habré vuelto realmente yo?  Yo siento que en punto no me pasó nada nuevo, en el sentido en cómo reaccionó mi cuerpo, no podía tragar, no caminaba y le dije a mi mamá "Yo voy a caminar con mis dientes", puse el cuerpo, como una cosa más canibal, salvaje.



- "El Impostor" está cerrando el próximo 21 de mayo, ¿te planteaste algo especial para esa ocasión?



JM- Sí, el estreno de 3 videos que no estuvieron en la muestra. Yo siempre hago videos instalaciones pero  esta vez, el video "El Impostor" va a aparecer el ultimo día en 3 versiones. Voy a estrenar uno nuevo al final. Hay algo en el video en el que confluyen un montón de cosas, experiencias, editar con la música que manda sobre las imágenes. La paradoja de estos videos es que nunca estuvieron  antes en la muestra porque estaba la instalación de processing (video interactivo). Hay algunas imágenes que aparecieron de manera previa en la exhibición pero están solapadas, hay otro video que se llama "Proyector Abierto", intercambio de obras que mandan artistas sin vernos, que forman un video llamado "Impostori", una obra colectiva donde no hay créditos ni autores, textos titilando. Participan en ese video artistas como Eduardo Pla , Maria Colombo, Alejandro Taliano, Florencia Nieto, Mara Rivello López, Shavi Alli, entre muchos otros. Para mí el arte en algún punto es eso: hallar un encuentro en video que no necesariamente implica sentarte a tomar un café, aunque no lo descarto.

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Foto: Stephani Reiter

EL IMPOSTOR

Muestra hasta el 21 de Mayo en Alpha Centauri Agüero 793 1º piso - Abasto

Masacras de hielo en vivo ; Estreno del video El iMPOSTOR
y EL VIDEO CON OBRAS DE OTRXS ft. Eduardo Pla, Florencia Nieto, Alejandro Taliano,Maria Colombo.

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