Ana Caumo tendrá el orgullo y el honor de ser la encargada de dar esta tarde (a las 18) la orden de lanzamiento del satélite Arsat-1 en la base Kourou, en la Guayana Francesa. Ésta ingeniera oriunda de Santa Rosa es la jefa del proyecto que construyó en Invap, el instituto científico responsable de la construcción del aparato que tendrá una posición geoestacionaria a 36.000 kilómetros de la Tierra.

"Voy a estar desde tres horas antes con el representante de Arsat y, en ese momento, siete minutos antes, el lanzador me va a preguntar por última vez si todo está en orden, si está bien. Y diré sí", anunció la jefa del sistema Arsat-1, cuya tarea fue llevar de la mano a todos los subsistemas que diseñaron y construyeron el satélite.

Después de que Caumo y el lanzador, la empresa francesa Arianespace, autoricen el procedimiento, la última palabra la tendrá la estación meteorológica que dirá si hay condiciones climáticas para seguir adelante con el conteo final.

Para saber: la ventana de oportunidad para el lanzamiento se extenderá durante 51 minutos a partir de las 18, ya que la Guayana y Argentina comparten huso horario, y en el caso de que no se pudiera realizar, se postergará para el viernes a la misma hora.

El Arsat-1 fue encendido por última vez a las 8 de la mañana de hoy, y ya se lo configuró para recibir la orden de partida. "Le diremos vos sos el Arsat-1, el lanzamiento va a ser a tal hora", explicó Caumo, de 42 años.

El satélite fue construido a lo largo de los últimos siete años, pero su gemelo, el Arsat-2, bajó el tiempo a la mitad. Tanto uno como otro ocuparán las posiciones espaciales 72 y 81 para satélites geoestacionarios de telecomunicaciones.

Los satélites argentinos de carácter científico: la serie SAC-A hasta el D, tienen una órbita terrestre a no más de 600 kilómetros, mientras que los Arsat estarán a 36.000 kilómetros. Esta distancia de giro alrededor del globo terráqueo impone un cambio de calidad en el diseño y en los componentes de magnitudes cósmicas.

"Por eso los requerimientos para las unidades electrónicas que están en el satélite son distintas. Este es el gran salto que tuvimos que dar en Invap, pasar de una órbita leo (hasta 600 kilómetros) a una órbita geo a 36.000 kilómetros", agregó la ingeniera.

El armado del cohete se hizo por partes y se inició cinco días antes, tras lo cual fue deslizado con lentitud por rieles desde el hangar hasta la base desde donde saldrá eyectado.

Caumo, oriunda de La Pampa, señaló que la diferencia entre los satélites científicos y los de comunicación "no sólo es el combustible, sino también el diseño y los componentes electrónicos que tienen que durar para una vida útil de 15 años".

El Arsat-1 partió de Bariloche el último día de agosto y desde su arribo a Kourou, Guayana Francesa, permaneció en un ámbito cerrado igual al cuarto limpio donde fue construido en Invap. Desde entonces, fue revisado en forma exhaustiva, de manera de constatar que el viaje y el movimiento al que fue sometido no descalibró los componentes.

"El 2 de octubre último, se terminó la carga del combustible, pero desde que llegó a Kourou, se encendió el motor una vez por día. Todos los ensayos, hasta el momento, fueron exitosos. Yo fui y volví de Kourou, pero seguí en contacto con mis compañeros por WhatsApp para saber minuto a minuto como daban las pruebas", indicó la jefa del proyecto.

Tras el conteo final y con el Arsat-1 en vuelo a una órbita provisoria, la ingeniera electrónica viajará de carácter urgente al país para ocupar el asiento en la estación terrestre de Benavídez (provincia de Buenos Aires) desde donde controlará la telemetría y dirigirá el satélite hacia su posición definitiva.