Este jueves fue un día histórico para la Argentina. El país puede estar orgulloso de haber ingresado en el club de los 8 países del mundo que poseen su propio satélite en el espacio, luego del emociónate lanzamiento del Arsat-1 desde la Guayana Francesa.

El relevante hecho captó la atención de todo los argentinos, y en el programa 678 estuvieron como invitados el Gerente General y CEO de INVAP S.E., Héctor Otheguy, y el vicepresidente de ARSAT, Guillermo Rus, quienes explicaron todo lo referido al primer satélite argentino.

En cuanto a las ventajas de hacer un satélite propio, Otheguy consideró que Argentina ahora “tiene la propiedad y el dominio de una tecnología que tienen pocos países, y si uno tiene la tecnología, puede cambiarla, adaptarla, propiamente a las necesidades del país”, y remarcó que anteriormente “se estaba operando con un satélite alquilado, que era lo que había, pero no era lo ideal”.

“Cuando uno satisface una necesidad nacional a través de un desarrollo propio, puede ser creíble para el exterior para poder exportar”, destacó el CEO de INVAP, quien además marcó como otro de los saldos positivos la “creación de una fuente genuina de trabajo, de altísimo valor agregado, con todo el efecto derrame que tiene en distintas pymes”.

Del mismo modo, Otheguy dejó en claro que fue en la última década cuando se tomó real conciencia de la importancia de llevar a cabo este tipo de proyectos. “En su momento fue Kirchner, y luego la Presidenta, que no solo lo continuó sino que lo potenció”, indicó, y agregó: “En otras épocas esto no hubiera ocurrido”.

Por su parte, Guillermo Rus precisó algunos detalles de la construcción del satélite, que comenzó con un proyecto en el 2006, y demoró 7 años para conformar la primera plataforma. El invitado de 678 contó que fueron “un millón de horas hombre”, y que estuvieron involucradas “unas 500 personas trabajando”.

“Tenemos gente que está trabajando ahora, que se había tenido que ir del país porque acá no tenía perspectiva”, recordó el vicepresidente de ARSAT en relación a la fuga de cerebros que se dio en los 90 y principios del 2000, y agregó: “Se fueron a Europa, donde eran muy bien recibidos, y ahora volvieron con el proyecto de ARSAT; volvieron porque les encantaba el proyecto”.

“El Misterio de Planificación no se quedó solo con los satélites, sino que le encomendó a Arsat implementar la plataforma de televisión digital terrestre, la red de fibra óptica, el centro de datos”, aseguró Rus, y reveló: “En este último tiempo, tenemos cuatro o cinco proyectos en materia de telecomunicaciones con un sentido de inclusión social”.

En cuanto a la inversión total que demandó la construcción del primer satélite argentino, Otheguy dijo que “el costo total fue de 250 millones de dólares, que son valores internacionales para este tipo de aparatos tan complejos”, aunque subrayó que el próximo “va a salir más barato, porque hay un tiempo de aprendizaje y de desarrollo que está incluido en el primer satélite”.

Respecto a los alcances, ARSAT 1 “abarca a todo el país, de punta a punta, y además puede vender servicios a los países más cercanos”, según explicó el CEO de INVAP, y adelantó que “el Arsat 2 que se lanza el año que viene, va a cubrir toda América, desde Estados Unidos hasta el sur”.

Por último, Otheguy dejó en claro que, según su experiencia, estos avances “se pueden hacer porque se le está dando un apoyo, como nunca hubo en 40 años”, y concluyó: “Es un buen momento para tomar todo el impulso necesario, para que, cuando haya un cambio de gobierno, se puedan mantener estas políticas”.