Científicos descubrieron un gigantesco agujero caliente de unos 80.000 kilómetros cuadrados de superficie en el mar antártico; un hecho que no ocurría desde hace décadas. 

En glaciología este fenómeno se conoce con el nombre de polinias y suelen formarse de forma natural en las zonas cálidas y cercanas a la costa como consecuencia de la erosión provocada por los fuertes vientos invernales sobre un fino lecho de hielo;  sin tener necesariamente algo que ver con el calentamiento global.

Pero si bien no es la primera vez que se observa el fenómeno, lo que si sorprendió a los científicos de la Universidad de Toronto y los integrantes del proyecto Observaciones y Modelización del Carbono y Clima del Sur (SOCCOM, en sus siglas en inglés) es el tamaño del agujero.

Se cree que su estudio podría ayudar a comprender mejor los procesos que controlan la circulación oceánica en la Antártida y los cambios en el clima de la zona.

Habitualmente, una polinia permite que la atmósfera y el océano intercambien calor y humedad -que transporta el agua cálida profunda cuando experimenta un ascenso en la columna de agua hasta la superficie debido a su baja densidad-, lo que lleva a impactos significativos sobre el clima.