Muchos de nosotros sabemos que internet llega a nuestros hogares por medios no físicos: satélites, antenas parabólicas y otras más pequeñas pueden servir para que disfrutemos del servicio.

Por propiedad transitiva y a esta altura de las circunstancias, también muchos podemos llegar a creer que el país también se conecta al resto del mundo por medios similares. Nada más alejado de la realidad.

Tres gruesos cables de fibra óptica llegan luego de atravesar los mares, y penetran las playas de Las Toninas, entre San Clemente y Santa Teresita, en el Partido de la Costa, para lograr que la Argentina esté conectada al mundo vía internet.

Uno de lo cables desplegados en los océanos pertenece a la empresa Level 3, otro es de Telefónica y el tercero de un consorcio de compañías. Ellos son los encargados de vender el servicio de transmisión de datos a escala mundial a los grandes proveedores argentinos.

Vale advertir que no se trata de una particularidad nacional: la internet se entrelaza mundialmente a través de cables de fibra óptica que atraviesan los océanos para unir los diferentes continentes.