Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford liderado por el profesor de sociología Tian Chen Zeng descubrió que hace 7.000 años los hombres estuvieron a punto de desaparecer debido a una alteración genética del cromosoma Y. Esta mutación hizo que los masculinos sean infinitamente menor a la cantidad de mujeres por más de dos mil años.

Según un artículo publicado el pasado viernes en la revista científica Nature Communications, a partir de la información observada en los continentes de África, Europa y Asia, alrededor del año 5.000 a.C. la diversidad genética del cromosoma Y —que corresponde al sexo masculino en la especie humana— colapsó, pasando a haber durante los siguientes 2.000 años tan solo un hombre por cada 17 mujeres, publicó Russia Today.

El nombre de este fenómeno es cuello de botella neolítico del cromosoma Y. Recibe este nombre porque solo afectó a los genes del cromosoma Y, es decir, a la población de sexo masculino. Este hecho hizo que la población masculina capaz de reproducirse cayera drásticamente. Asimismo, la destrucción completa de ciertos clanes también contribuyó a acrecentar este factor.

Por otro lado, en el periodo que abarca los años 10.000-8.000 a.C. hubo una reestructuración social que hizo que los humanos se adaptaran una cultura más agraria con estructura patrilineal en las zonas estudiadas, al contrario de lo que sucedía en Asia, donde había sociedades de cazadores recolectores y pastores, que tendían a desplazarse más frecuentemente. 

La alteración de la diversidad genética se debió a una causa social y no ambiental. Los científicos demostraron que las guerras entre clanes patrilineales, donde las mujeres si podían cambiar de clanes pero los hombres permanecían siempre en el mismo grupo social, tuvieron un efecto notable en el cromosoma Y durante mucho tiempo.